Angustia en Soledad Etla: fin a Escuelas de tiempo completo
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Angustia en Soledad Etla: fin a Escuelas de tiempo completo

En la primaria Melchor Ocampo al menos un centenar de menores se han quedado sin la garantía de alimentos balanceados y educación integral


Angustia en Soledad Etla: fin a Escuelas de tiempo completo | El Imparcial de Oaxaca
Fotos: Lisbeth Mejía Reyes / Pracedis Fuentes García, directora del plantel desde 2016

Cada mañana, hasta antes de la pandemia, poco más de 100 infantes y adolescentes subían por un camino de terracería para llegar a la escuela primaria Melchor Ocampo, en la colonia Las Flores, del municipio de Soledad Etla. Hacia este paraje, como se le conoce a la zona en que se ubica, acudían también algunos padres de familia, pero desde las 6:00 horas, para preparar los alimentos que se entregarían a las y los menores en el desayuno, el almuerzo y la comida.

Acudir a este centro educativo, que data de más de 30 años, pero con instalaciones propias desde hace 10, no era solamente para tener clases o jugar en la cancha y parte del campo en predios donados por ejidatarios. Ir a la escuela era, para las y los menores la garantía de comida diaria y balanceada, ser parte de actividades deportivas y artísticas, de tener apoyo psicológico o didáctico. Para sus tutores, implicaba también hacer tequio y discutir los menús y demás necesidades de la escuela en asamblea.

Pero desde la pandemia, estos 105 niños, niñas y adolescentes dejaron de contar con su desayuno, almuerzo y comida garantizados (para los que incluso se acordó una cooperación de 10 pesos a fin de ampliar la calidad). Con un último recurso recibido en enero de 2021, lo que antes era para las comidas se dio en despensas.

El fin de las comidas que docentes y padres esperaban dotar nuevamente con el regreso a clases presenciales se decretó el pasado lunes. El gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación las nuevas reglas del programa La Escuela es Nuestra (LEEN) y eliminó así el de Escuelas de Tiempo Completo, que operaba en esta institución.

Los 105 menores son parte de los 3.6 millones de niñas, niños y adolescentes que, de acuerdo con la organización Mexicanos Primero, serán afectados en su educación y alimentación por la decisión del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

La eliminación del programa fue confirmada el 1 de marzo por Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública.

Izquierda: Escuela primaria Melchor Ocampo / Derecha: La cocina donde se preparan los alimentos para los menores por parte de los padres de familia

Desesperanza

 

“Esto ya lo veníamos viendo cuando inició la pandemia”, cuenta Pracedis Fuentes García, directora del plantel desde 2016. Ella recuerda que incluso antes de la pandemia, las escuelas de la zona filmaban videos para resaltar las bondades del programa y así no fuera eliminado por las autoridades federales.

Esta escuela tuvo una dificultad hace unos años y los papás y dirección peleamos a capa y espada sostener ese servicio de comedor porque la mayoría de los niños que viene aquí carece de los recursos económicos, no comen. Si nosotros iniciamos las clases, muchos niños van a llegar sin desayunar”, advierte Fuentes García.

La educación básica es el nivel de escolaridad que alcanza la mayoría (58 de cada 100) de los habitantes de más 15 años y más en Soledad Etla (INEGI, 2020). 23 de cada 100 alcanza el nivel medio superior y casi 17 de un centenar, el superior.

En este municipio, ubicado a 17 kilómetros de la capital del estado y al que se ingresa por la carretera federal 190, el programa de Escuelas de tiempo completo era un sello de la primaria Melchor Ocampo. Incluso, algunos padres preferían que sus hijos acudieran a ella, a pesar de tener más cerca la primaria “Benito Juárez”.

La cancelación de esa la alimentación y de las actividades escolares y de sus talleres, se ha confirmado. “Desde que inició la pandemia, cuando dijeron que se cancelaba el programa, todo eso causó ruido. El papá decía, cómo maestra, si nosotros traemos a nuestros niños por la alimentación”, externa la directora Fuentes García.

En esta comunidad, los padres cuyos hijos acuden a esta escuela se dedican generalmente al comercio al por menor, son empleados, laboran en gasolineras y otros oficios. Las madres se desempeñan en el trabajo del hogar.

Los directivos y representantes de los padres de familia de la escuela Melchor Ocampo de Soledad Etla

Remedios López Romero, madre de familia y coordinadora de alimentos desde el ciclo escolar 2019-2020, ve con tristeza el fin del programa, parte de una educación que califica como excelente en este plantel. Su hijo, William, es alumno de la institución desde el primer grado y ahora cursa el cuarto. “Aparte del comedor, en las clases los niños llevaban diversidad de actividades”, relata sobre una jornada que empezaba a las 8:00 horas y concluía a las 15:00.

Me gustó esta escuela por el servicio, tenían otras materias que en la escuela de allá abajo no había. No es una escuela común”, dice Numa Pérez Méndez, padre de dos alumnos y presidente del comité de padres de familia. Autoempleado en su negocio de venta de cenas, Pérez señala que “el programa está muy bien”, pues hasta antes de la pandemia sus hijos “estaban todo el tiempo” en la escuela y “no se distraían en otras cosas”. También tenían una hora establecida para comer, “cosa que en la casa a lo mejor no teníamos por nuestro trabajo”.

Ante la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo, ambos padres esperan que el gobierno federal recapacite y destine nuevamente recursos para la niñez y adolescentes de educación básica.

Que lo piensen bien porque a lo mejor pueden echar atrás sus decisiones por los niños. Los niños son el futuro de México y en ellos deben de pensar para que sobresalgan”, pide Remedios, quien cree que las y los niños “saldrían perdiendo porque no tendrían lo que tienen con el programa”.

La esperanza

 

“Pensamos hacer algo, a ver si podemos recuperar el programa”, apunta Numa.

La directora Pracedis expone que “más allá del programa Escuelas de Tiempo Completo en beneficio del papá que trabaja y puede acomodar sus horarios, para nosotros es importante por la alimentación. Sabemos que para el proceso de aprendizaje es necesaria una buena alimentación. ¿Cómo la garantizamos aquí?: Con el comedor.

Pero lo es también por la convivencia, la enseñanza de valores, de desarrollo académico, deportivo y artístico que se da en sus talleres u otras áreas.

Izquierda: El comedor, construido por el esfuerzo y tequio de la comunidad que quedaría inutilizado / Derecha: El patio de la primaria Melchor Ocampo, a la espera de los pequeños.

Por eso espera que ante el fin del programa federal, sea con la autoridad municipal con quien se consigan al menos los desayunos para su alumnado. Sin embargo se rehúsa a perder las esperanzas con la federación.

Ojalá se pueda hacer algo, dicen es que ya está (el decreto), pero nos faltó a lo mejor manifestarnos, hacer algo más como escuela. Somos muchas en todos los estados, todos podemos dar una versión de los que el programa favorece. Puedo decir que nos facilita muchas cosas porque tenemos material, recursos económicos, podemos invertir en cosas que no vamos a poder si el papá las tiene que costear”.

 

La Escuela de tiempo completo no es un punto de partida, es un punto de llegada. No es nada más una jornada ampliada, es una comunidad que se organiza, que se tarda horas en una asamblea en beneficio de los niños porque aquí no hay nada más importante que el interés superior del niño”, subraya.