“El miedo no se quita con la vacuna”
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“El miedo no se quita con la vacuna”

En los pasillos del Hospital Civil, las actividades entre el personal médico se reanudan de manera paulatina pero hay preocupación: “la pandemia no ha terminado”


“El miedo no se quita con la vacuna” | El Imparcial de Oaxaca

Poco más de un año se mantuvieron en resguardo domiciliario y dejaron sus áreas de trabajo en medio del temor y la incertidumbre. Con su regreso, los sentimientos siguen latentes cuando admiten que tienen miedo, aún con la vacuna.

Entre los pasillos del Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso”, poco a poco las actividades se reanudan de manera paulatina y el personal ocupa de nuevo los espacios que recordaban durante su aislamiento, pero que ahora ven con preocupación ante esta pandemia que no termina.

María Elena regresó hace algunos días al área de cocina del Hospital Civil de la colonia Reforma, luego de un año y dos meses de mantenerse en casa y confiar en que regresaría a trabajar pronto, sin el miedo a contagiarse.

“Durante el resguardo hubo mucho sentimiento, tristeza y preocupación; no sabíamos en el momento si nos íbamos a enfermar o si saldríamos de esta pandemia, yo tengo diabetes y no salía ni a la tienda”, relata la mujer.

Cerca del acceso al área de cocina, donde el hervor de los alimentos alistaba las charolas y los cubiertos, María Elena cuenta que durante su confinamiento solo pensaba en qué momento llegaría a ella el nuevo coronavirus, ante las noticias de que el vecino o lo familiares ya lo padecían.

“Tenía muchos pensamientos y me preguntaba si regresaría al trabajo”, destaca la mujer con 15 años de labores en el nosocomio, donde se vacunó apenas en enero con el primer lote de dosis Pfizer.

Durante el tiempo en resguardo, la nostalgia y la tristeza acompañaron a María Elena no solo por el temor a la pandemia por Covid-19, sino por la vecina que perdió el empleo, el comerciante que cerró la tienda o la tortillera que dejó de pasar el día y la hora de costumbre.

Originaria de Oaxaca de Juárez, María Elena Mejía Calvo es una de las trabajadoras del área de cocina que reparte las dietas a quienes se encuentran en las áreas de tococirugía, urgencias y especialidades.

En este nosocomio que atiende diversos padecimientos de urgencias y cuenta con área Covid, la mujer de 48 años de edad reitera que aún con la vacuna, tanto ella como sus dos hijos mantienen la preocupación de algún posible contagio mientras se encuentre en labores en el turno matutino.

“Cuando regresé al trabajo mis demás compañeros me recibieron con alegría. Yo también regresé con alegría porque en casa era una rutina diaria, pero aquí es nuestra segunda casa y tenemos varias actividades, tenemos miedo, pero debemos cuidarnos”, señala.

En este nosocomio con más de cinco décadas de existencia, la mayoría de trabajadores que se mantuvo en resguardo, regresó con caretas y cubrebocas, siempre al tanto de cuidar de sus espacios con desinfectantes.

En algunos pasillos ya se permite el ingreso de algunos pacientes con cita y se observan aquellos consultorios abiertos, después de varios meses cerrados ante la alta incidencia de casos y hospitalizaciones.

En el inmueble de mayor concentración de pacientes y de mayor referencia hospitalaria, se observa salir del acceso principal a otra de las trabajadoras que estuvo en resguardo y apenas regresó a laborar.

Se trata de una enfermera que salió del nosocomio desde temprana hora, luego de concluir su turno nocturno en el área de quirófano, donde está en contacto con pacientes de cirugías programadas.

La mujer de 65 años que prefiere omitir su nombre por motivos personales, relata que en marzo fueron notificados decenas de trabajadores que tendrían que ir a resguardo, tanto por la edad como por enfermedades crónico degenerativas.

“Uno se va triste porque deja una larga trayectoria de vida trabajando y una tristeza de que ahora nos mandaban a reguardo y no iban a poder contar con nosotros aunque lo requirieran. El pasado 3 de mayo retornamos a nuestras actividades y nos da mucho gusto, pero seguimos con ese miedo y temor por la edad que uno tiene”.

La enfermera con 40 años de servicio y quien hace seis meses fue diagnosticada con hipertensión, señala que previo a regresar a laborar, las recomendaciones familiares no faltaron, ante la preocupación de que fuera a contagiarse.

“Yo no he tenido Covid, pero mi familia ya. Estamos preocupados, pero lo importante ante esta pandemia es el constante lavado de manos, cuidarse, tener sus precauciones”, destaca la originaria de Oaxaca de Juárez.

Del mismo nosocomio, Lourdes Martínez García, del área de cocina como María Elena y de 58 años de edad, retornó a sus actividades después de mantenerse en casa todo un año, con apoyo de su única hija.

Con 22 años de servicio en el Hospital, Lourdes padece asma desde hace varias décadas y una de sus preocupaciones es enfermarse por este nuevo coronavirus, pese a que ya recibió la segunda dosis anticovid.

“Como toda la gente nos asustamos que venía ese virus. Una como yo, que siempre está mal de sus pulmones, pues si la piensa dos veces; todavía tenemos el temor porque no es seguro que esté uno 100% bien”, dice.

La mujer que prepara alimentos para dietas especiales, recuerda que durante el tiempo de confinamiento su única hija siempre estuvo al pendiente de ella, sobre todo para que no tuviera necesidad de salir.

“Yo estuve encerrada todo el año y escuchaba que se enfermaban los vecinos. Las noticias también hablaban de los casos y los decesos, pero la gente sigue sin cuidados. Muchos debemos cuidarnos por el peligro, debemos ponernos cubrebocas, no queremos enfermarnos”.


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