Profesionista y jefa de familia venció al Covid-19
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Profesionista y jefa de familia venció al Covid-19

“Me puse a llorar al pensar e imaginar que mis hijos se quedarían solos si algo llegaba a pasarme. Entré como en shock porque no podía creerlo ni aceptarlo”, dice joven abogada


Profesionista y jefa de familia venció al Covid-19 | El Imparcial de Oaxaca

Jefa de familia a los 40 años de edad y trabajadora de una empresa privada al norte de la capital oaxaqueña, Joselyn recuerda aquel momento cuando los resultados de laboratorio dieron positivo a Covid-19, el 12 de febrero de este año.

“Me puse a llorar al pensar e imaginar que mis hijos se quedarían solos si algo llegaba a pasarme. Entré como en shock porque no podía creerlo ni aceptarlo”, recuerda la joven madre de una niña de seis y un niño de cuatro, mientras suspende por unos minutos las labores de oficina de medio día.

Originaria de la Ciudad de Tlaxiaco, pero radicada desde hace 20 años en Oaxaca de Juárez, Joselyn Martínez solo pensaba en lo que podría pasarle ante tanto que se decía de la enfermedad, que en Oaxaca el 47.3% del total de casos tiene registro en mujeres.

Al ser el único soporte para sus hijos luego de un divorcio de hace algunos años, la abogada afirmó que al inicio se cuestionó por qué tuvo que llegar la enfermedad a su hogar, pese a los constantes cuidados que mantuvo desde el inicio de la pandemia.

“Me cuestioné el hecho del por qué a mí, después lo fui asimilando y yo dije: si me tocó, voy a aprender a sobrellevar la situación, y así fue que estuve en control de mí misma”, expuso.

En febrero de este año, Joselyn inició son síntomas que le hicieron sospechar que tenía Covid-19, pero decidió acudir a un laboratorio privado para realizarse la prueba una semana después.

Con el inicio de la pandemia en marzo de 2020, la madre de familia no dejó de trabajar y buscó la forma de que sus hijos no resintieran los cambios que los obligó a mantenerse en confinamiento.

“Yo me hago cargo de los gastos de la casa y cuando inició lo del Covid continué trabajando. En abril nos mandaron a trabajar desde casa, pero en mayo ya estábamos de nuevo de manera presencial; así estuve mientras mi hija de seis se quedaba en casa con la niñera y mi hijo de cuatro a un preescolar particular”.

Entre el miedo y la incertidumbre de la pandemia, Joselyn buscaba apresurarse en su trabajo para llegar a tiempo por su hijo y regresar a casa en transporte público, donde cree que contrajo el coronavirus hace apenas unos meses.

Cuando el resultado dio positivo a Covid-19, la mujer que en todo momento porta el cubrebocas y un gel antibacterial en el escritorio, informó a la empresa del padecimiento e inició la cuarentena correspondiente.

“Los primeros cinco días tuve dolor de cabeza constante, cuerpo cortado como resfriado común y febrícula. Se me fue el sentido del gusto y tuve mareos, después cansancio y fatiga, también ataques de ansiedad y mucha hambre, sed y sueño”, relata.

Mientras estuvo enferma, señala, se mantuvo con mascarilla todo el día y contaba aún con el apoyo de la niñera por algunas horas, así como del padre de sus hijos que acudía por ellos todas las tardes, por una semana.

Así también, los padres de Joselyn acudieron en su apoyo por algunos días, no solo para apoyarla emocionalmente y con los cuidados que requiriese, sino también con recursos monetarios para poder pagar el tratamiento de un médico particular.

Solo el menor de sus hijos presentó síntomas de resfriado común y otros leves que hicieron sospechar de un contagio, pero se mantuvo en tratamiento y no hubo complicaciones.

Durante el tiempo en que Joselyn estuvo enferma, la niñera pasaba el tiempo con los niños hasta las cuatro de la tarde, cuando la joven madre tenía que hacerse cargo de ellos, aún con los dolores de cabeza y la ansiedad que persistían.

 “Aunque los niños están pequeños, también ellos entendieron que estaba enferma y se alejaban. Yo  los atendía con el cubrebocas puesto, desde que me levantaba hasta que me dormía”, agrega la abogada, luego de asegurar que no acudió al IMSS donde es derechohabiente, ante el temor de que no la dejaran salir y tuvieran que intubarla.

“No padezco ninguna enfermedad y afortunadamente soy una persona sana, pero preferí atenderme de manera particular porque se decían muchas cosas de la enfermedad. Una como mamá tiene que ver la manera de que todo esté caminando, aunque estés enferma”, señala la originaria de Tlaxiaco.

A unos meses de salir de este padecimiento, Joselyn asegura que los efectos prolongados siguen presentes en ella, como la ansiedad o taquicardia, la tristeza y el cansancio que antes no sentía. “No sabes cómo es la enfermedad hasta que la tienes”, expone.


aa

 

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