Adquirir una vivienda sigue siendo uno de los mayores anhelos de millones de trabajadores formales en México. Desde 1972, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha buscado convertir ese objetivo en realidad a través de créditos que utilizan las aportaciones patronales como garantía para acceder al financiamiento.
Pero a pesar del papel que desempeña esta institución, el proceso no está exento de obstáculos técnicos, condiciones restrictivas y desinformación, lo que en muchos casos impide que los trabajadores accedan al derecho constitucional de una vivienda digna.
¿QUIÉNES PUEDEN PEDIR UN CRÉDITO INFONAVIT?
Los únicos candidatos son trabajadores formales del sector privado que cotizan activamente ante el IMSS. Esto excluye automáticamente a empleados públicos, independientes o trabajadores informales, dejando fuera a millones de personas que también requieren vivienda.
Además, la relación laboral debe estar vigente y el empleador debe cumplir con las aportaciones al fondo.
PRIMER PASO: REGISTRARSE EN MI CUENTA INFONAVIT
El proceso comienza en el portal Mi Cuenta Infonavit, donde los interesados pueden:
Consultar su precalificación.
Revisar el historial de aportaciones.
Verificar el puntaje acumulado.
Para ser candidato, se deben acumular al menos 1,080 puntos, un puntaje determinado por el sistema según variables como:
Edad del trabajador.
Salario base de cotización.
Ahorro acumulado en la subcuenta de vivienda.
Historial laboral y de pagos patronales.
UN REQUISITO CLAVE: TOMAR UN CURSO EN LÍNEA
Antes de continuar con la solicitud formal, el Infonavit exige que el interesado apruebe el curso “Saber más para decidir mejor”, disponible en línea. Este curso busca informar al usuario sobre sus derechos y responsabilidades al adquirir una vivienda con crédito.
Aunque útil, este paso ha sido criticado por su rigidez, ya que detiene automáticamente el proceso si no se completa correctamente, incluso en casos urgentes.
ELECCIÓN DEL INMUEBLE Y DOCUMENTACIÓN
Luego de obtener la precalificación y cumplir con el curso, el trabajador debe elegir la vivienda que desea comprar. Esta decisión implica:
Contactar al propietario o inmobiliaria.
Obtener un avalúo oficial del inmueble.
Reunir documentación tanto del vendedor como del comprador.
Los documentos requeridos incluyen:
Solicitud de inscripción de crédito.
Acta de nacimiento certificada.
Identificación oficial vigente.
Estado de cuenta bancario con CLABE.
Avalúo actualizado de la propiedad.
LA FIRMA Y EL CRÉDITO
Una vez reunidos todos los papeles, se realiza la solicitud de crédito en línea. El Infonavit verifica los documentos y, si todo es correcto, se agenda la firma de escrituras ante notario. Solo entonces, el crédito se libera.
Sin embargo, los tiempos de espera para revisión y validación pueden extenderse durante semanas o incluso meses, afectando el proceso de compra, especialmente en mercados inmobiliarios dinámicos donde las oportunidades no esperan.
¿UN SISTEMA INCLUSIVO O EXCLUYENTE?
Aunque Infonavit representa una vía sólida para adquirir vivienda, el sistema deja fuera a millones de trabajadores que no cotizan al IMSS, especialmente en sectores informales o con empleos intermitentes.
Además, la digitalización del proceso —aunque eficiente en teoría— sigue representando una barrera para personas sin acceso regular a internet, adultos mayores o con bajo nivel digital.
Finalmente, solicitar una casa a través de Infonavit sigue siendo una opción viable, pero limitada. Exige no solo formalidad laboral y un puntaje adecuado, sino también una serie de pasos técnicos y burocráticos que pueden desanimar a muchos.
La pregunta ahora es: ¿cómo hacer más accesible este derecho sin excluir a quienes más lo necesitan?