Mañana se llevarán a cabo los comicios para elegir al nuevo gobernador del Estado de México, entidad donde la compra de votos, el uso de programas sociales para asegurar sufragios y el uso de otros métodos ilegales para corromper la jornada y beneficiar a ciertos candidatos políticos, han quedado de manifiesto.
El miedo es uno de los principales factores que influyen en la decisión de los ciudadanos, y es que, a muchos se les ha dicho que el apoyo que reciben como parte de los programas sociales les será retirado si no votan, por ejemplo, por el abanderado del Pri, Alfredo del Mazo.
Hasta hace unos días, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) acumulaba 246 denuncias en el Estado de México, la entidad que durante 88 años ha gobernado el Pri y que en esta ocasión podría arrebatar será Morena, de acuerdo con las últimas encuestas.
Las prácticas ilegales para coaccionar el voto no son “hechos aislados”, los ciudadanos conocen bien que en época electoral, algunos candidatos intentan de todo para sumar votos y comprar conciencias.
Una mujer, llamada Inés para proteger su identidad, dijo a Efe que durante las elecciones municipales en Villa Guerrero en 2015, acudió a vigilar las casillas por parte del PRI, por ello, le pagaron 3 mil pesos.
Además, relató que durante su capacitación, le dijeron que si el partido opositor llevaba la delantera, tenía que meter actas denunciando que la agrupación había comprado votos, aunque fuera mentira.
Actualmente, según información que proporcionó Inés, el PRI ofrece mil pesos por sufragio. Y, para probar que de verdad se ha votado por el partido, piden una foto de la boleta antes de ser depositada en la urna.
“Las vecinas me están diciendo que ya les han dado dos tarjetas, que si Alfredo (del Mazo, del PRI) gana para gobernador les van a depositar, y ya se están apuntando para el salario rosa (una ayuda que supuestamente beneficiará a las amas de casa)”.
Agregó que “a la gente les engañan, les prometen dinero y a final de cuentas no se lo dan”, dijo Inés.
Además, de acuerdo a su experiencia con la campaña del actual gobernador, Eruviel Ávila, solo les aseguraron que las ingresarían a los fondos de una tarjeta, cosa que nunca pasó.
El miedo, dijo Inés, que les “meten” a las personas es lo que principalmente condiciona el voto.
“Otros piensan que si no votan por el PRI les van a quitar los recursos de Prospera (programa de ayudas sociales implementado a nivel federal), las despensas”.
“Son los miedos que les meten a la gente”, aseguró Inés, pues la necesidad que tienen les impide ver que esas prácticas no son buenas para la región.
Inés dijo que ya no se “presta” a repetir su experiencia en la casilla porque ha visto cómo “tratan” y “engañan” a las personas.
Por otra parte, Olivia, llamada así para proteger su identidad, negó que el PRI dé dinero por los votos porque la elección es “secreta”.
