Una nueva modalidad de extorsión surgió a partir de la cuarentena decretada por las autoridades federales a raíz del Coronavirus.
Mediante varios números telefónicos, los extorsionadores se hacen pasar por un familiar cercano que radica en el norte del país y que dio positivo a la prueba de Covid-19.
Tras hacer contacto con las posibles víctimas, los delincuentes solicitan dinero para adquirir medicamentos y en su caso comprar un respirador.
Haciendo uso de la delicadeza del estado de salud del supuesto familiar, los extorsionadores intentan convencer a las posibles víctimas de depositar más de 100 dólares en cajeros automáticos o tiendas trasnacionales.
En lo que va de la contingencia sanitaria al día se registran de 8 a 10 llamadas de extorsión relacionada con el Coronavirus.