El calentamiento global ha comenzado a afectar al volcán Pico de Orizaba a tal grado que actualmente la falta de hielo podría provocar incendios catastróficos en su zona boscosa y agudizará los problemas de estiaje en la población.
El consultor ambientalista, Guillermo Montealegre Quintero, advirtió que la escasez de nieve provocará una drástica disminución en los escurrimientos de agua y esto agudizará los problemas de estiaje.
“El cambio climático ya nos está cobrando factura. De seguir a este ritmo en menos de diez años gran parte del estado padecerá de una severa sequía”, afirmó.
Recordó que de los cinco glaciares que conformaban el Volcán, únicamente quedan dos, los cuales sirven para abastecer del vital líquido a 1.5 millones de habitantes a través de diferentes cuencas.
El glaciar Jamapa, explicó, abastece de agua a gran parte del Estado y actualmente tiene 45 por ciento de hielo y capacidad; el Chichimeco se encuentra con menos de 30 por ciento de lo que era hace una década; El Toro está al 50 por ciento y el Occidental, al 60.
“Los glaciares perdidos son imposibles de recuperar debido a los efectos de contaminación nacional, la tala inmoderada en la zona, el calentamiento global está provocando un fenómeno muy preocupante en el volcán Pico de Orizaba, cada día son más delgadas las capas de hielo, un hecho que traerá como principal consecuencia la escasez del agua”, advirtió.
Por su parte, el director del Parque Nacional Pico de Orizaba de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Luis Raúl Álvarez Oseguera subrayó que la cruda sequía podría propiciar incendios forestales más graves.
“Estamos a punto de acabar el invierno y vemos que el Volcán no tiene hielo, la nieve es muy importante para el ecosistema, sino hay agua habrá una tremenda sequía y eso quiere decir que habría más probabilidades de un incendio forestal de gran magnitud”, afirmó.
El director del parque exhortó a los visitantes a no generar fuego y de hacerlo sofocarlo, además de a quienes viven en las faltas del Volcán a prevenir algún desastre sobrenatural.
