La Semana Santa de 2025 se acerca, y con ella llega un calendario litúrgico lleno de significado para los fieles católicos. Este año, el Viernes de Dolores se celebrará el 11 de abril, marcando el inicio de la última etapa de la Cuaresma antes de la llegada del Domingo de Ramos. Aunque el Viernes de Dolores no se reconoce oficialmente como una fiesta litúrgica en muchos países, sigue siendo profundamente venerado por la devoción popular, especialmente en las regiones de tradición hispana.
¿QUÉ REPRESENTA EL VIERNES DE DOLORES?
El Viernes de Dolores está dedicado a la Virgen María, particularmente en su advocación de Virgen Dolorosa. En este día, los fieles recuerdan el sufrimiento de María como madre de Jesús, anticipando el dolor que culminará con la crucifixión de su hijo en el Viernes Santo. Este acto de devoción pone en relieve la dimensión humana de la Virgen: su sufrimiento, su fe inquebrantable y su fortaleza ante la pasión de Cristo.
LOS SIETE DOLORES DE MARÍA
A lo largo de la historia de la Iglesia, se han identificado siete dolores que marcaron la vida de la Virgen María, y que se meditan especialmente durante esta jornada:
- La profecía de Simeón en el templo.
- La huida a Egipto para proteger a Jesús.
- La pérdida del Niño Jesús en Jerusalén.
- El encuentro de María con Jesús camino al Calvario.
- La crucifixión y muerte de Jesús.
- El descendimiento del cuerpo de Jesús y su entrega a María.
- El entierro de Jesús.
Estos momentos son conmemorados con solemnidad, a través de actos litúrgicos como el rosario de los siete dolores, procesiones marianas y misas especiales. Todos invitan a la reflexión sobre el sufrimiento de María y su papel en el plan de salvación cristiano.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL VIERNES DE DOLORES
Aunque la devoción a los dolores de María tiene raíces en los primeros siglos del cristianismo, no fue sino hasta el siglo XV que el Papa Benedicto XIII oficializó su celebración en el viernes anterior al Domingo de Ramos. Sin embargo, en 1814, el Papa Pío VII trasladó esta festividad al 15 de septiembre, donde permanece como la memoria litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores.
A pesar de este cambio, la devoción popular hacia el Viernes de Dolores previo a la Semana Santa se mantuvo viva, y fue en el año 2000 cuando el Papa San Juan Pablo II reintrodujo la posibilidad de celebrar a la Virgen de los Dolores en este viernes especial, reconociendo la fuerza de la piedad popular y su profundo valor espiritual.
UN MOMENTO DE REFLEXIÓN Y ESPERANZA
El Viernes de Dolores se presenta como un momento de recogimiento y preparación para el inicio de la Semana Santa. La figura de María se convierte en un puente emocional y espiritual hacia el misterio pascual: su sufrimiento anticipa el sacrificio de Cristo, y su fidelidad resalta la esperanza de la resurrección.
Así, el 11 de abril de 2025 será una fecha significativa para los católicos que, a través de la contemplación de los dolores de María, profundizan en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Una ocasión para vivir con mayor intensidad la cercanía de la Semana Santa y la reflexión profunda sobre el sacrificio redentor que cambiará la historia del mundo.