El balance de este sexenio realizado por el subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ha sacudido el panorama político mexicano. En un comunicado que se hizo público este miércoles, Marcos compara el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con los de sus predecesores. Señalando que ha reunido lo peor de cada uno de ellos. Ante ello, el presidente le respondió de manera sarcástica, “él debe ser Zapata”.
LA COMPARACIÓN CON LOS GOBIERNOS ANTERIORES
En su crítica, Marcos no escatima en señalar las características que, según él, definen el mandato de López Obrador.
“Tuvo el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz; el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez; la demagogia corrupta de José López Portillo; la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid; la perversidad de Carlos Salinas de Gortari; la vocación criminal de Ernesto Zedillo; la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox; el militarismo y mecha corta de Felipe Calderón; y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto… Lo del autoelogio y lo chillón, sí es parte del ‘estilo personal de gobernar’”, se lee en la carta.
Además, Marcos lamenta que AMLO haya catalogado como “adversarios” a los conservadores y como “enemigos” a aquellos que se rebelan contra el sistema, subrayando que muchos de estos últimos han sido asesinados, desaparecidos o encarcelados en lo que llama la “revolución de las conciencias”.
LA RESPUESTA DE AMLO
En su conferencia matutina del jueves 22 de agosto, López Obrador fue cuestionado sobre las declaraciones del líder zapatista. Con su estilo característico, AMLO respondió con cierta ironía:
“Hasta Marcos dice que soy Díaz Ordaz y Salinas, él debe ser Zapata, pero no me voy a meter a la polémica (…) Él está en su derecho como todos nuestros adversarios, que no son nuestros enemigos, no voy a polemizar. Es que cada quien tiene que asumir su responsabilidad y hacerse cargo de sus palabras y sus dichos”.
Con estas palabras, el presidente dejó claro que no pretende confrontarse directamente con Marcos, aunque dejó entrever su distanciamiento con el movimiento zapatista, al que considera un adversario más en su trayectoria política.
UN DESENCUENTRO QUE SE REMONTA A AÑOS ATRÁS
El distanciamiento entre AMLO y el EZLN no es nuevo. Aunque en la década de los 90 hubo un acercamiento entre López Obrador y los líderes zapatistas, las diferencias se hicieron evidentes cuando en 2006 el EZLN criticó duramente la candidatura de AMLO a la presidencia, acusándolo de formar parte del sistema político que ellos combatían. Desde entonces, la relación ha sido tensa, con el EZLN manteniendo su crítica y distancia hacia el actual presidente.
En su carta, Marcos también sugiere que México está condenado a no cambiar si no se mira hacia abajo, en referencia a las bases populares. Además, advierte que el problema reside en quienes ostentan el poder, no en los cambios superficiales de liderazgo. Esta declaración parece anticipar la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, señalando que el problema del país “está arriba, no abajo”.
UN SEXENIO BAJO ESCRUTINIO
El duro análisis del Subcomandante Marcos sobre el sexenio de López Obrador añade un capítulo más a las críticas que ha recibido la llamada Cuarta Transformación desde diversos sectores. La comparación con los anteriores gobiernos del PRI y PAN no solo busca resaltar las fallas que, según el líder zapatista, se han perpetuado, sino que también intenta subrayar la decepción de quienes esperaban un cambio profundo con la administración de AMLO.
Mientras el presidente sigue adelante con sus proyectos y políticas, la crítica de Marcos resuena como un recordatorio de las tensiones y expectativas insatisfechas que han marcado este sexenio.