Rechazan injerencia de EUA en energéticos

Luego de que Estados Unidos urgió a México a garantizar un ambiente propicio para las inversiones libres en materia energética, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó ayer a ese país a respetar y no intervenir en temas relacionados con el sector.

“Ellos opinan que nosotros debemos actuar de una forma, pues está bien porque también hay que garantizar la libertad de expresión, no sólo en un país, sino ese es un principio universal, pero debemos respetar”, señaló en la conferencia mañanera.

El jueves, el Gobierno de Joe Biden, a través del Departamento de Estado de Estados Unidos, urgió a la administración de López Obrador a garantizar inversiones libres en el sector energético mexicano, así como a escuchar las preocupaciones de las empresas privadas.

“Es un asunto de las políticas de cada país, de cada nación, somos libres y soberanos, somos independientes, entonces nosotros no nos inmiscuimos en los asuntos de Estados Unidos de América, no nos metemos, y de ninguna nación del mundo”, expresó López Obrador.

“Porque no queremos que nadie decida sobre lo que le corresponde a los mexicanos, además sería violatorio de la Constitución, recuerden que en el artículo 89 de la Constitución se establece lo que debe ser la política exterior de México y entre los principios está el de la no intervención y el de la autodeterminación de los pueblos”.

Aunque dijo que no se “entromete” en asuntos de otros países, el tabasqueño advirtió que la crisis del gas en Texas -que provocó desabasto en México- evidenció que la política energética en ese estado no funciona bien.

“En esta materia del manejo de la política eléctrica, no es contradecirme y entrometerme, pero ahora que tuvieron el problema de las heladas en Texas se dio a conocer que no funciona bien la política energética que se aplica cuando menos en ese estado”, dijo.

López Obrador también hizo mención -y exhibió en pantalla- una investigación del Wall Street Journal que advierte que los usuarios de sistemas privados de electricidad en Texas pagaron por el servicio, en un par de décadas, 28 mil millones de dólares más que los que mantuvieron sus contratos con empresas públicas.