Las aves que modificaron sus rutas de migración por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en Texcoco podrán regresar a la zona una vez que ésta “entre en una calma total” y ya no haya máquinas ni concentración humana por la obra, consideró José Sarukhán, presidente de la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio).
El lugar ha sido considerado tanto por la Conabio como por grupos ambientalistas como ruta central de migración de aves de América del Norte así como el refugio más importante de hibernación de aves acuáticas y endémicas del Valle de México.
Desde 2007, el Lago de Texcoco fue designado como un Área de Importancia para la Conservación de Aves (AICA). Un estudio de la Conabio, la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indica que en mil 700 hectáreas de lagos permanentes y 2 mil charcas someras estacionales de la zona dan refugio a entre 100 mil y 150 mil aves acuáticas durante el invierno de 144 y 255 especies identificadas. Las cifras son mucho mayores a las 74 especies y 69 mil aves que reportaron las constructoras del aeropuerto en la manifestación de impacto ambiental.
Entrevistado durante el Foro Geoespacial de América Latina: haciendo una diferencia para millones de personas”, José Sarukhán mencionó que nunca se solicitó a la Conabio un estudio sobre el daño ambiental que la construcción del aeropuerto podría haber ocasionado a la zona de Texcoco. Aún así el organismo proporcionó, dijo, toda una serie de datos y sugerencias para minimizar el impacto ambiental, particularmente a las aves migratorias.
La obra, sostuvo, sí provocó que algunas aves migratorias modificaron sus trayecto y se dirigieron hacia otros lugares, “pero era algo que se podía hacer bien y sin que costara tanto, pero bueno ya estamos hablando de otra historia”. Mencionó que Conabio realizará un estudio sobre la construcción del aeropuerto de Santa Lucía si así se lo solicita el nuevo gobierno.
En el foro, la Conabio recibió el premio a la excelencia de aplicaciones geoespaciales por el proyecto México VR- Arrecifes, desarrollado por la dirección general de Geomática a cargo de Rainer Ressl y con el cual se creó un arrecife virtual ubicado dentro del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, para investigar el comportamiento de las especies mediante el uso de modelos tridimensionales e inteligencia artificial.
Al participar en la inauguración del foro, Pascual Gerstenfeld, director de estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que con la globalización y digitalización, “la superabundancia de información genera escasez de atención”, por lo que los organismos encargados de recopilar datos estadísticos y geoespaciales tienen la obligación de ser selectivos para poder responder a las necesidades de la gente para que dicha información sirva para instrumentar políticas públicas, decisiones de negocios y sobre todo para que contribuyan al bienestar y desarrollo de la humanidad
Elogió la labor del Inegi al respecto pues destacó que México lleva 50 años procesando información geoespacial, por lo que es pionero entre los países de América Latina y el Caribe, que, en general, apenas llevan 5 años combinando la información estadística con la geoespacial.
