Desde noviembre de 2022 y hasta marzo de este año, se estima que el municipio de Oaxaca de Juárez ha gastado cerca de 360 millones de pesos en el manejo, traslado y disposición de los desechos, luego de que ya no cuenta con un relleno sanitario y aún no se concreta el Centro de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos, CIRRSU, que proyectó el gobierno estatal en San Pedro Totolápam.
La esperanza de que en marzo se pudiera empezar a usar parte del CIRRSU se esfumó y ahora se espera que sea en junio cuando la capital pueda acceder a este espacio, según ha dicho el presidente municipal, Francisco Martínez Neri, al abordar el problema.
Aunque la crisis ha obligado a la separación de desechos, el compostaje de una parte y la compactación de otra, el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez ha gastado cerca de 360 millones de pesos de manera extraordinaria para sacar los desechos fuera del estado, a depósitos de Puebla y Veracruz.
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El manejo de los desechos es uno de los dos problemas más grandes que enfrenta la capital, una ciudad de 270 mil habitantes y que en unos días celebrará los 492 años de ser ciudad (con la elevación a ese rango de la entonces Villa de Antequera, en 1532).
Por ahora, como ha reconocido el edil, el gasto mensual se mantiene en 20 millones de pesos. Aunque todavía no se ha recurrido a un préstamo para enfrentar esta crisis, Martínez Neri también ha dicho que no se descarta esta posibilidad, pues los gastos representan una “sangría” para las arcas municipales.
El gasto extraordinario de los casi 360 millones de pesos resultado de sumar lo gastado en el 2022 (47 millones), lo del año 2023 (250 millones de pesos) y los al menos 60 millones que se han empleado entre enero y marzo del 2024.
La mayor parte de esos recursos ha sido para llevar y depositar los desechos en rellenos en Puebla y Veracruz, y una parte mínima para la compra de maquinaria e insumos para el manejo de los desechos.
