Las calles de la ciudad de Oaxaca continúan siendo utilizadas como depósitos de basura, ante la crisis de la recolección de los desechos sólidos, luego del cierre del relleno sanitario.
El panorama sigue siendo desolador y no es para menos, ya que, a la ciudad de Oaxaca y a otros 24 municipios de Valles Centrales, el problema de la basura se les desbordó desde el día 8 de octubre del presente año, fecha en que se determinó clausurar definitivamente le relleno sanitario ubicado en la parte oriente del municipio de Zaachila.
El cierre del relleno sanitario provocó que el municipio capitalino y algunos conurbados se vieran rebasados por la acumulación de basura y ante la imposibilidad de contar con un espacio que reuniera las características pertinentes y legales para depositar los desechos, el sistema recolector colapso, originando que los vecinos sacaran o tiraran su basura en la vía pública, argumentando que, ante la incapacidad de las autoridades para recolectar los desechos y la acumulación que tienen en sus casas, se vieran en la impesiosa necesidad de sacarla a las calles.
Es así como, en las últimas semanas, varios puntos de la ciudad se han visto afectados en la circulación vial, pues las calles han amanecido bloqueadas con montones de basura. Por mencionar algunas zonas: la colonia Volcanes, en la avenida Símbolos Patrios, el Centro Histórico o la avenida de la Etnias en la colonia Reforma en los límites con el Fovissste, por mencionar algunas.
“Es muy triste y penoso ver las calles de nuestra ciudad así, llenas de basura; esto es de pena ajena. Pero es resultado de nuestra educación y de la falta de atención y visión de nuestras autoridades”, refirió una vecina de la calle Bustamante.
DE PENA AJENA
La ciudad de Oaxaca es reconocida como patrimonio vivo de la humanidad, un imán que atrae por su belleza natural, sus calles coloniales y su diversidad cultural, sin embargo, en estos momentos, cientos de turistas que están de visita en la Verde Antequera, al caminar por sus céntricas calles, se encuentran con el olor nauseabundo de la basura amontonada en las banquetas, la cual impide el paso, pero lo más grave, es la desagradable experiencia que se llevan en su memoria, como sello característico de su vivencia en Oaxaca.
