Sin que alguna autoridad de Santa Cruz Xoxocotlán o de la ciudad de Oaxaca intervenga, se incrementa el volumen de desechos a lo largo de la ribera del río Atoyac y Salado en diversos tramos.
A través de un recorrido por la zona se advierte una gran acumulación de desechos inorgánicos y orgánicos sobre una lateral del río Salado, pasando el puente de El Rosario.
En el sitio habilitado como tiradero a cielo abierto ubicado justo enfrente de una bodega de materiales de construcción, los desechos, restos de bolsas y papeles, se dispersan con el viento.
La escena ocurre justo a unos cuantos metros del inmueble (cuartel abandonado de la policía municipal) que ocupó el municipio de la ciudad como centro de almacenamiento temporal de basura.
Y el cual hasta el momento luce sin actividad, dado que hasta hace unas semanas en la esquina del lugar se mantenía apostada una patrulla, no obstante esta se ha cambiado por un montón de piedras, como forma de impedir el paso.
Así también a la par de los montones de desechos que se dispensan por la zona sin ningún control y que contribuyen a la contaminación en la zona, se suma el abandono de toneladas de escombro a un costado del afluente.
De igual manera, en la ribera del río Atoyac los propios capitalinos o usuarios de dicha vialidad, lo han convertido en un tiradero a cielo abierto y es la zona en donde más basura se observa.
Personas sin hogar deambulan por el sitio de disposición irregular y son quienes hurgan entre las bolsas negras, que desde unidades en movimiento dejan caer a un lado de la vialidad.
Por lo cual a lo largo de las semanas y tras el cierre definitivo del tiradero ubicado en la Villa de Zaachila, ambos carriles guardan los montones de desechos, de donde emana un peculiar olor.
Usuarios de la vía de comunicación que conforma el llamado Circuito Interior se han quejado del olvido gubernamental y del foco de contaminación que representa para los transeúntes y los propios automovilistas.
