Aun cuando la percepción de inseguridad ha bajado o subido en distintos periodos de los últimos años, el centro histórico de la ciudad de Oaxaca no escapa a los ilícitos. De entre las calles y avenidas del polígono declarado patrimonio cultural de la humanidad, ocho están en “foco rojo”, a pesar de que se localizan en inmediaciones del zócalo y la Alameda de León, así como de la sede del gobierno estatal.
Estas vialidades consideradas con mayor incidencia delictiva en del centro de la capital son: la avenida José María Morelos y las calles Macedonio Alcalá (andador turístico), 20 de Noviembre, Porfirio Díaz, Ignacio Allende, 20 de Noviembre, Mariano Abasolo, Manuel García Vigil y Flores Magón, según la respuesta de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Protección Civil del ayuntamiento capitalino a una solicitud de información ciudadana.
La respuesta de la dependencia municipal es de fecha 6 de abril y a petición de la ciudadanía sobre las acciones que se han tomado para reducir esta incidencia, la secretaría señala que “se han intensificado los recorridos a pie de tierra y patrullajes”, especialmente en los lugares con mayor afluencia de personas como los mercados, hoteles, bancos, cajeros automáticos y durante la apertura y cierre de los comercios.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que realiza trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la percepción de inseguridad para la zona metropolitana de Oaxaca ha disminuido en los dos últimos trimestres. Para marzo de este año, el 57.8 por ciento de la ciudadanía de la zona metropolitana consideraba insegura su ciudad o municipio, un porcentaje menor al de diciembre del 2023, cuando era de 61.4.
Aunque para septiembre del año pasado la percepción de inseguridad era del 71.2 por ciento, una de las cifras más altas en los últimos dos años, en los que hasta el 72.9 por ciento de las personas de 18 años o más la consideraban insegura.
Asimismo, los lugares que se han considerado más inseguros son principalmente los cajeros automáticos que están en la vía pública, seguidos del transporte público, los bancos y los mercados.
