Quejas de ambos frentes, concesionarios y usuarios, son el balance a un año del lanzamiento de UBER Taxi en la ciudad de Oaxaca. Para los conductores, las tarifas de la aplicación no son redituables, a lo que se suma la disminución de sus ganancias por la comisión con que se queda la plataforma. Para las y los usuarios, la aplicación ha traído más inconformidades que beneficios, especialmente en trayectos largos.
Durante el lanzamiento de la plataforma, el 31 de agosto de 2021, el gobierno estatal y la empresa contemplaban alcanzar hasta 1,320 concesionarios y 20 mil usuarios en la ciudad de Oaxaca. Sin embargo, se desconocen los alcances de ambas metas a un año.
Para Luis, usuario de plataformas como UBER Taxi y Didi (que entró antes a la ciudad, pero también bajo la modalidad de taxi), las aplicaciones y los conductores lo han defraudado. Las tarifas, explica, son similares a las que usualmente manejan los sitios o taxistas fuera de las plataformas. Si acaso, unos pesos menos.
Aunque cuando ha requerido servicios hacia el aeropuerto los conductores no le respetan la tarifa y le cancelan. Después le llaman para ofrecer un precio más elevado, pues dicen que lo señalado por la aplicación no les conviene. En el último mes, Luis solicitó varios viajes desde el centro de la ciudad hacia el aeropuerto, trayecto que UBER Taxi ofrecía en poco más de 190 pesos, en tanto que DiDi lo marcaba en alrededor de 180.
Sin embargo, siempre le cancelaban el servicio cuando se encontraba cerca de su punto de partida para luego negociar por teléfono. “Me los cancelaban, primero me pedían 300 pesos y luego lo bajaban hasta 250”. Pero la tarifa tras la cancelación es 50 pesos mayor a la que usualmente paga cuando toma un taxi en calle o lo pide directamente al sitio, explica.
Taxistas coinciden en que no hay ganancias con la plataforma, pues deben entregar una comisión y las penalizaciones son iguales a la tarifa de los viajes cancelados, ya sea por no haber localizado al usuario u otra razón. Aunque refieren que a un año las tarifas de la aplicación son casi iguales a las que ellos manejan por fuera. Antes, eran menores.
Si trabajo es para mí, la empresa aquí viene a ganar del trabajo de nosotros”, se queja Adrián Martínez, conductor del sitio Alameda, quien fue uno de los concesionarios que la usó hasta hace unos meses.
Con los estragos de la pandemia y el aumento constante en las gasolinas, Pedro Víctor Ramírez señala que ser parte de la plataforma no conviene. Él recuerda que las tarifas de hace un año eran muy baratas y eso les dejaba menor margen de ganancia.
Era muy mal pagado, por ejemplo, al aeropuerto eran 80 pesos”, cuenta el conductor sobre el monto que observó hasta hace unos meses. Y es que señala que del centro de la ciudad a ese punto cobran mínimamente 150 pesos.
Luego había muchas penalizaciones, nos multaban” con el mismo valor de la tarifa “si no encontrábamos al cliente o no lo llevábamos” al destino.
Los bloqueos, las obras en la avenida Símbolos Patrios (rumbo al aeropuerto) hacía incosteables tales viajes, explicaron otros de sus compañeros.
El año pasado, durante el lanzamiento de la aplicación, personal de la plataforma explicó que “cada que la aplicación le asigna al chofer, éste pagará el 15% del costo de viaje a la aplicación y el usuario pagará el 7% por el uso de la plataforma”.
