Con una temporada vacacional en la que las actividades religiosas recobraron su dimensión pública y masiva, la venta de productos del mar no alcanzó las expectativas en algunas pescaderías de la ciudad de Oaxaca. Entre los filetes de dorado o de salmón, los camarones y las mojarras, Miguel, del local La buena pesca, señaló que comparado con 2021, las ventas de esta Cuaresma fueron menores.
Desde el puesto ubicado en el Benito Juárez y que por más de 50 años se ha mantenido como negocio familiar, dice que les fue bien. Aunque las ventas estuvieron “más o menos”.
Hace un año estuvo un poco mejor, hubo más ventas. Pero sí vino la gente, hubo un poco de movimiento”.
En esta pescadería, una de las dos que funciona en el mercado, fue apenas un cliente el que se detuvo a comprar en casi 20 minutos de espera. Aunque la invitación para comprar los productos traídos de las playas de la región Istmo o de la Costa era constante, ni en él ni en el otro puesto de esta sección había mucha clientela.
Esto a pesar de que “no subió nada, todo se mantuvo al mismo precio desde que empezó la Cuaresma”. Incluso con precios que ya se manejaban en meses previos. Aunque a nivel nacional la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) informó de un incremento generalizado en los precios de pescados y mariscos, no fue así en este mercado. Al menos no en los productos que ofrecen las pescaderías.
El kilogramo de mojarra se ofrecía en 80 o 90 pesos; el camarón, en 180 o 200 pesos, o hasta en 240 cuando se logró tener uno de mayor tamaño.
Tras la Semana Santa, Miguel contó que se vendió “de todo un poco”, aunque lo más solicitado por sus clientes fueron el camarón, mojarra y el filete. “Hubo de todo, no se escaseó” el producto, explicó quien cree que debido a las baja demanda no se desencadenó el aumento en precios.
Sin embargo, recordó que en 2021 sí escasearon los productos del mar y los precios se dispararon. “La mojarra llegó a 130 o 140 el kilo, y el camarón, a 250. Pero este año se mantuvo todo porque estuvo un poco baja la venta”.
Comparado con los años previos a la pandemia, comerciantes como Miguel siguen esperando una reactivación económica que los ubique en los niveles de ingresos de 2019. Y es que refiere que “estuvo baja la venta en este año”.
