Desde muy temprana hora, las flores, cruces y palmas llenaron de color las afueras del atrio de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en la ciudad de Oaxaca. Las hábiles manos de las y los artesanos permitían ver cómo en cuestión de minutos se formaban las artesanías de palma para el Domingo de Ramos o las coronas para el Viernes de Dolores.
En el atrio de la catedral, unas 7 familias provenientes de la región Mixteca llegaron desde el jueves y en la mañana del viernes para vender las tradicionales palmas, cruces, flores y coronas para las festividades religiosas de la Cuaresma. Cada año, y solo con pausas por la pandemia, la llegada de estos artesanos de Zapotitlán Palmas, Huajuapan u otra comunidad son parte fundamental en la ciudad.
Son cientos o miles de pesos los que familias como las de Lizbeth y José Armando gastan en pasajes, comidas y materiales para viajar a la ciudad y vender sus artesanías. Sin embargo, en su estadía deben enfrentarse al regateo de sus creaciones.

Regatean las artesanías
Una palma o corona se suelen vender en 35 o 40 pesos, un precio por el que a veces les preguntan si “¿es lo menos?”, como se pudo observar este viernes.
Aunque la palma es una materia prima que obtienen de los campos y cerros de la región, para producir una palma que se usa en el Domingo de Ramos requieren de otros materiales. A veces, de alguna estampa con la imagen de una figura religiosa, brillos, tintes u otros. También el colorante para la flor de sotol o sotalín, de la que obtienen las “cucharillas” con que se forman las coronas o flores.
Como Lizbeth y Romualdo, otras familias de la región Mixteca preservan estas creaciones de temporada. El resto del año, trabajan canastos, bolsos y otras piezas a base de palma.
Pero cada año suelen viajar a otras poblaciones para vender en estas fechas y aprovechar la tradición religiosa. Tan solo en pasajes, la familia de Romulado, Carmen y su nieta Laisha han gastado 200 pesos para venir de Huajuapan a la capital. Con un infante entre ellos, el gasto diario por alimentos es de más de 700 pesos, lo que los obliga a pernoctar afuera de la catedral u otro sitio, igual que las demás familias.
Será hasta la tarde del domingo cuando, pasada la celebración, regresen a sus comunidades. En tanto, se apresuran a tejer y formar las palmas y flores para la venta.
