El lugar, que era utilizado por algunos para correr o hacer deporte, luce desierto desde temprana hora, ante la inseguridad que generan algunos grupos de jóvenes que a veces duermen por la zona o se concentran para trabajar o pedir limosna en los cruceros.
Ayer, desde las 8:00 horas, un hombre inició la poda de pasto y otros arbustos que daban mal aspecto al lugar, mientras que en las inmediaciones, un joven se mantuvo sentado por algunos pasillos, donde también estacionó una motocicleta.
“¿Va a pasar por el Monumento?”, pregunta una joven mujer a otra de una edad similar, cuando buscan cruzar la zona pero titubean por la desconfianza que les genera el hombre con la unidad de motor.
Ambas prefieren rodear el Monumento y pasar algunas de las vialidades que van hacia el Centro de la ciudad, cuando observan también a un grupo de muchachos que alista bolsas y mochilas para iniciar labores en los cruceros.
Algunas partes del Monumento a la Madre lucen limpias de grafiti, pero otras recién lavadas presentan nuevas pintas y símbolos de grupos que buscan marcar el territorio.
La limpieza de la zona la llevaron a cabo hace unos días un grupo de artistas plásticos, que decidieron unir esfuerzos para retirar el grafiti que daba una mala imagen.
Por varios días, el grupo de artistas encabezados por Markoa Vásquez, liberó de manchas algunas partes del Monumento a la Madre ubicada en Santa Rosa, con la intención de brindar un nuevo aspecto.
Sin embargo, las pintas siguen apareciendo y algunos vecinos culpan a grupos de cholos que a veces duermen entre algunos huecos del Monumento, donde pocos asisten para pasear en familia.
