El Arzobispo de Antequera, José Luis Chávez Botello, afirmó que Oaxaca es uno de los estados donde no cierran pronto las heridas, a veces se alargan para curarlas y eso supone que algo está fallando y que hay que revisar o que a lo mejor hace falta capacitación o sinceridad y buena voluntad en alguna de las partes o hay algunos intereses.
A pregunta expresa sobre el caso Nochixtlán en donde varias personas perdieron la vida hace un año, durante su conferencia dominical, el jerarca de la iglesia oaxaqueña añadió que si cada quien pone lo que esté de su parte puede ser que tarde un mes o menos, pero se tiene que abonar para que la justicia y la reparación de los daños psicológicos se arreglen.
Ante reporteros de los diferentes medios de comunicación locales, Chávez Botello, acompañado del vocero de la arquidiócesis, Guadalupe Barragán Olivo, reiteró que no es raro encontrar en el país casos que más bien son manipulados, de un lado y de otro y eso hace que la justicia se alargue, y no basta la justicia legal, una sociedad humana va más allá de la justicia legal.
Los que pueden hacer más son los que están cercanos, los familiares y la comunidad de donde son las personas, ahí es donde hay que comenzar los conflictos que se den y que son frecuentes donde hay grupos humanos haya dificultades, que se solucione primero en el lugar porque a alguien le pasa algo y viene a Oaxaca a quejarse y eso se alarga, subrayó.
Es importante, enfatizó el religioso, una revisión de todos los que intervienen en la procuración de justicia, abogados, jueces magistrados, autoridades locales, hay algo que se debe entender que primero los problemas se deben arreglar en las comunidades en donde suceden, allí se conocen unos a otros el alejar la decisión de la justicia alarga los conflictos.
SE AGRAVAN LOS PROBLEMAS
Cuánto ha sufrido la ciudad de Oaxaca por asuntos que se hubieran podido arreglar desde hace mucho en sus lugares de origen si las dos partes estuvieran fincándose en la verdad, la corrupción siempre oculta la verdad, la violencia y la injusticia, hasta las justifican, no es raro que no se encuentren a los responsables principales, ni se exija la reparación o hasta se condena a inocentes.
Las situaciones de violencia, corrupción e injusticia social ahí están todavía dañando y matando, más aun se agravan cada vez más porque ya es un problema casi estructural, lo sufrimos en diferentes campos, sectores y estructuras claves de la sociedad, política, educación, economía, organizaciones laborales.
Pareciera, subrayó, que hoy los honestos quienes luchan por la vida y la justicia los que impulsan una educación de calidad y un país sin corrupción estorban, se les margina, se les presiona y hasta se les ataca, cuántos empresarios, profesionistas, maestros, personas, gobernantes y políticos sufren esta triste realidad.
Al final, el prelado dijo que hoy más que nunca se requiere valor para ser honesto y responsable, para optar por la verdad y la vida, por la unidad y el bien común, a todos ellos les pedimos no bajen los brazos, ayúdenos a mirar adelante, su esfuerzo y sacrificio son siembra que dará buenos frutos tarde o temprano, el fruto del trabajo de los ciudadanos y sus impuestos destinados al bien común, no pueden ser botín de quienes no les interesa la vida, la educación, ni la paz social.
