Sin respuesta de Seculta concluye contrato de docentes del Tamayo

Sin respuesta a sus demandas laborales y de mejoras del taller ni la concreción de la mesa de diálogo, este jueves concluyó el contrato de trabajo de dos de los docentes que en julio iniciaron una protesta para denunciar diversas irregularidades en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo.

Oswaldo Ramírez, Abraham Torres y un grupo de docentes y alumnos iniciaron en julio una protesta en la que denunciaron la falta de atención de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta) a los problemas del taller y a las irregularidades por las que acusaron al director, Enrique Gijón.

La manifestación escaló hasta que el grupo exigió también la renuncia de Gijón y del director de atención cultural comunitaria de la Seculta, Feliciano Marín, a quien acusaron de ser el principal responsable de las irregularidades. Sin embargo, y aunque en el conflicto medió el jefe de gabinete estatal, Flavio Sosa, la mesa de diálogo con el titular de Seculta no se concretó.

Este 31 de agosto concluyó el contrato laboral, del que los docentes señalaron que les hicieron firmar bajo engaños y como medida para frenar sus exigencias. Y ante lo cual decidieron llevar su manifestación al plano nacional en busca de solidaridad de la comunidad artística y cultural, así como de la intervención de la Secretaría de Cultura y del presidente de la república.

Víctor Vásquez Castillejos, titular de la Seculta, ha considerado la protesta como una de desinformación, de rechazo a las políticas de austeridad del gobierno estatal que encabeza el partido Morena y de un grupo ajeno vinculado al Partido Revolucionario Institucional, lo cual ha sido rechazado por el grupo que encabezan Torres y Ramírez.

En los últimos días, otra fracción de docentes del taller fundado e impulsado en 1974 por los artistas Roberto Donis, Rufino Tamayo y Francisco Toledo finalmente fijó una postura en la que desconoció el actuar de Abraham Torres y Oswaldo Ramírez. E incluso acusó que usaban el taller como “cantina personal” y que sus amistades quitaban espacios para alumnos. Además de señalarlos por poner en duda las palabras del titular de la Seculta y criticarlo.

Tras esta serie de protestas, el colectivo de artistas gráficos Subterráneos se solidarizó con Torres y Ramírez. Sin embargo, el colectivo que se ha dedicado a plasmar su arte en los muros de la ciudad denunció que tras esto fue objeto de hostigamiento policial y por lo cual responsabilizó al gobierno del estado y a la Seculta.