Reconstrucción de Monte Albán por sismos de 2017 fue más ágil: Nelly Robles

La experiencia con el sismo de 1999 en Oaxaca significó para especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) una base sobre la cual apoyarse para enfrentar los retos de los terremotos de septiembre de 2017 y febrero de 2018 en la zona arqueológica de Monte Albán.

La investigadora Nelly Robles García incluso dijo que ante estos no solo hubo más ventajas y herramientas tecnológicas sino un trabajo ágil.

Para el caso de Oaxaca, uno de los estados con mayores daños por los terremotos de ese año (con 587 bienes afectados), bastó hacer una llamada al Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) para empezar a trabajar con los estudiantes, recordó la especialista.

Una de las ventajas fue el acceso a “muchas más tecnologías que la vez anterior”, expuso Robles, directora de los proyectos “Conservación de los Edificios Dañados por los Sismos de 2017 en la Zona Arqueológica de Monte Albán-Atzompa” y  del “Arqueológico del Conjunto Monumental Atzompa”, durante la firma del convenio de colaboración entre el Centro INAH Oaxaca y el ITO.

La colaboración entre ambos se formalizó más de dos décadas después del primer vínculo (1999), durante una ceremonia en el Museo de Sitio Casa Juárez, en la ciudad de Oaxaca. En la firma, Robles resaltó que el sismo de 2017 tuvo “una estrella muy grande” gracias a la conjunción de esfuerzos de los expertos y científicos de todas las instituciones, incluido el ITO, lo que llevó a atender los efectos del fenómeno de una manera más profesional y vanguardista.

A la par de ello, se dio una vinculación más estrecha entre la arqueología y disciplinas como la de ingeniería civil, así como entre especialistas del INAH y alumnado y docentes del ITO. Y es que el trabajo con estudiantes permitió identificar fallas sísmicas “que muestran en el gran polígono el permanente riesgo en que está la zona arqueológica ante otros sismos que vendrán”.

“Fue muy enriquecedor también para los ingenieros enterarse de la arqueología que estábamos haciendo. Además de estar mostrando las problemáticas estructurales que dejó el sismo nos estaban dejando datos culturales importantísimos: una serie de ofrendas que pudimos rescatar en las excavaciones. Hoy en día nos permiten hablar con amplitud de los procesos de abandono de Monte Albán”, agregó Robles.

Este jueves, el INAH y el ITO firmaron convenio de colaboración en pro de la Zona Arqueológica de Monte Albán, luego de que ambos entes trabajaron en la restauración del sitio arqueológico después de los sismos de 1999 y 2017. El convenio —según se explicó— podrá extenderse para que ambos trabajen en otros sitios que requieran de sus saberes.

El acuerdo servirá “para enmarcar y extender la presencia del ITO como uno de los grandes aliados de Monte Albán y de toda la arqueología de Oaxaca”. Por ejemplo, para que “la plantilla académica de Monte Albán cuente con un grupo de estudiantes de los últimos años de las ingenierías y académicos del ITO”, quienes analizarán de “permanente y sistemáticamente la naturaleza estructural de los monumentos, así como su estabilidad”.

Durante la firma del convenio, encabezada por el titular del Centro INAH Oaxaca, Omar Vázquez Herrera, y el director del Instituto Tecnológico de Oaxaca, Fernando Toledo Toledo, estuvieron, por parte del ITO, el subdirector de Planeación y Vinculación, Julio César Villalobos García; la subdirectora Académica; Gladis Yolanda D. Castellanos Hernández, y la jefa del Departamento de Gestión Tecnológica y Vinculación, Raquel López Celis.

Asimismo, del INAH: el subdirector de la Zona Arqueológica de Monte Albán, David Andrade Olvera; el director del Museo de las Culturas de Oaxaca, José Luis Noria Sánchez, y el titular del Museo Casa Juárez, Osvaldo Sánchez Flores.