Enfrentan restaurantes y fondas carestía de insumos
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Enfrentan restaurantes y fondas carestía de insumos

Sostener su restaurante en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca ha implicado enfrentar los constantes incrementos a los insumos y el gasto corriente


Enfrentan restaurantes y fondas carestía de insumos | El Imparcial de Oaxaca

Para algunos es ya la hora de la comida, pero en el restaurante de Martha Alicia Aguilar solo dos de las mesas están ocupadas. Son casi las 14 horas y a pesar del calor es alta la afluencia de personas en torno a la calle Matamoros, especialmente en la Macedonio Alcalá (andador turístico). Pero nadie más es atraído por el olor de la comida casera.

Hace casi año y medio que la clientela disminuyó, incluso en temporada turística no se ha logrado el nivel previo a la pandemia. En 30 años, el restaurante ha tenido altibajos, reconoce la propietaria, pero con la emergencia sanitaria sobrevivir ha sido más complicado.

“Tuvimos que cerrar y luego volvernos a levantar. Ha sido un poco difícil”, cuenta Aguilar, quien cree que parte de la receta para mantenerse a flote son los precios “muy accesibles” del Royalty, independientemente del tipo de clientes: locales y visitantes. También, mantener en tres décadas un menú con un toque muy casero y tradicional.

“Tampoco quiero cambiar mucho porque ya me acostumbré a dar un servicio de comida casera y creo que me ha funcionado. Muchos clientes me buscan precisamente por eso”, comparte.

Sin embargo, sostener su restaurante en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca ha implicado enfrentar los constantes incrementos a los insumos y el gasto corriente en servicios y contribuciones, así como el de productos para garantizar las medidas sanitarias.

En el último año, las carnes, frutas y verduras, además de la tortilla, han aumentado sus precios, al igual que el gas. Eso ha obligado a incrementar en un promedio de cinco pesos los precios de los platillos, a fin de “ir nivelando el costo del gas, los insumos, los sueldos y mantenimiento”.

Hay que sacrificar parte de las ganancias, dice Martha Alicia sobre su manera de sobrevivir ante la crisis por la pandemia y asegurar las fuentes de empleo en un restaurante donde los precios van de los 10 hasta los 100 pesos, según el alimento o bebida, y donde la comida corrida está en 50 pesos.

En otros establecimientos como los bufetes de la calle Morelos, el costo promedio de este es de 60 pesos, 10 más que el ofrecido hasta hace unos meses o el año pasado.