Estadio Vasconcelos, incubadora de Covid-19
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Estadio Vasconcelos, incubadora de Covid-19

Los Guerreros de Oaxaca se habían comprometido a salvaguardar la salud de los asistentes; sin embargo, esto no se ha visto en los recientes partidos


Estadio Vasconcelos, incubadora de Covid-19 | El Imparcial de Oaxaca

Con el arranque de una nueva temporada en el llamado “templo bélico”, lo que más preocupaba a la afición, en los días posteriores a su inauguración, era saber si podrían asistir al Estadio Eduardo Vasconcelos para apoyar al equipo de beisbol los Guerreros de Oaxaca.

Oswaldo García Jarquín, presidente municipal de Oaxaca de Juárez, y la directiva del equipo se reunieron para determinar si habría o no luz verde para contar con público en los partidos. La decisión final fue que sí, pero con un aforo reducido.

El recinto de la ciudad –creado en 1950 y reinaugurado en 1996– fue adecuado para la modernidad que exigía el juego; por lo que se amplió su capacidad a 7 mil 200 espectadores.

Las autoridades municipales como las del club aceptaron la reducción de público con el fin de preservar la sana distancia entre los asistentes. El aforo autorizado para el inmueble fue del 35 % de su capacidad, es decir, 2 mil 520 personas.

Sin embargo, en imágenes compartidas en redes sociales por aficionados y asistentes al estadio, esta medida no fue respetada, pues se observa una asistencia superior a la antes pactada con el ayuntamiento capitalino.

Solo gel y tapete 

En la entrada del recinto deportivo como medidas sanitarias se cuenta con alcohol en gel, un tapete sanitizante y la toma de temperatura. El público ingresa con cubrebocas, pero una vez adentro se despoja de él. En la zona de butacas, las familias asisten juntas, por lo que entre ellas no hay sana distancia. Además, solo se dejó una butaca libre entre un grupo de aficionados y otros.

El estadio cuenta con el permiso para vender alcohol durante los partidos, pero su venta no está regulada y tampoco ha sido limitado el consumo para el público, situación que –con base en testimonios de asistentes– provocó varios casos de ebriedad. 

Por lo anterior, la responsabilidad de seguir y respetar las medidas sanitarias sigue recayendo en la ciudadanía. Pues a pesar de que se trata de un espacio abierto, la falta de rigor en el protocolo sanitario por parte de las autoridades y directivos provoca que asistir a este tipo de eventos sea un riesgo a la salud. Y es un riesgo que podría ser evitable.