SSO pide no bajar la guardia ante el Covid-19

Con el retorno a semáforo naranja, en sitios como el Centro Histórico de la capital oaxaqueña conviven la necesidad de conseguir el sustento familiar, la protesta social, la desinfección de áreas comunes, la recreación y el llamado a seguir las medidas preventivas.

RETOMAN TRABAJO

Tras varios meses de ausencia, un par de empleadas de los Servicios de Salud ha reinstalado un módulo de información en la entrada a la Alameda de León. Es un filtro navideño ubicado a los pies de un laurel enfermo, a unos metros de la sucursal bancaria que en nueve meses ha aglomerado a miles de usuarios. Junto a la mesa y un cartel sobre el lavado correcto de manos están también policías municipales y estatales.

Es de mañana y ya hay cientos de almas en el corazón de la otrora Verde Antequera. Algunas de ellas pasan rumbo a otros puntos de la ciudad; otras han llegado a su lugar de trabajo, los restaurantes y comercios de los portales desde donde procuran el sustento diario. Bajo la protesta social o con fines explícitamente comerciales hay las que instalan, como cada día, puestos de venta de artesanías, de frituras, globos u otro tipo de productos. 

Familias, parejas, grupos de amigos o turistas que se toman una fotografía frente a la catedral metropolitana colman uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad, tan solo después del Mercado de Abasto Margarita Maza de Juárez (Central de Abasto).

Desde este punto, Jazmín Hernández y otra compañera de los Servicios de Salud han retomado el trabajo de recordar las medidas de prevención ante la Covid-19. Regalan gel antibacterial o rocían con un desinfectante a toda persona que accede a su apoyo o a quien lo solicita. 

“Por la temporada navideña, la gente sale a hacer sus compras y no siempre sigue el protocolo adecuado”, cuenta Hernández, al tiempo de explicar que su función es la de informar del correcto lavado de manos y del uso de cubrebocas, entre otras indicaciones que no siempre son aceptadas. “Mucha gente los trae (el cubrebocas) debajo de la barbilla, en condiciones insalubres”.

“Hay gente que se sigue resistiendo, le quieres explicar y dicen: ‘ya lo sé’, aunque también hay personas accesibles, que a lo mejor está un poco más consciente de lo que estamos viviendo”.

EPICENTRO DE LA ENFERMEDAD

Son más de 7 mil 800 los casos de Covid acumulados en Oaxaca de Juárez, entre los alrededor de 27 mil que registra el estado. La capital sigue siendo el epicentro de la enfermedad que ha dejado más de 2 mil fallecidos en el territorio oaxaqueño, según los datos oficiales.

Pero esta también el municipio donde su corazón, el Centro Histórico, reúne a fieles y curiosos que ingresan a la catedral, a paseantes acompañados de sus mascotas, a vendedores, boleadores de zapatos o grupos de manifestantes que ocupan el corredor del Palacio de Gobierno. 

Incluso, de turistas que descansan en las jardineras donde un empleado municipal cubierto de un traje blanco va rociando una solución de alcohol y agua para desinfectar las áreas comunes.

Tras unos minutos, al filtro “navideño” llegan varias personas para tomar gel antibacterial y desinfectar su ropa y bolsas. Otras solo observan el módulo y tras la indecisión siguen su camino. Unas más pasan de largo.

SIGUE LA PREOCUPACIÓN

Gerardo, un turista que aun con prisa se detiene para desinfectar sus manos y ropa, dice que lo hace para prevenir. Originario de la Ciudad de México, entidad en semáforo rojo por un riesgo muy alto de contagio y saturación de hospitales, reconoce el temor ante el nuevo coronavirus, y por lo que cree necesario seguir “las normas que nos rigen, la nueva convivencia”.

“Creo que la preocupación sigue entre toda la población”, apunta la empleada de los Servicios de Salud, quien ha adaptado su labor de promoción de salud. Antes iba a las comunidades y escuelas, pero con el cierre o restricciones en ellos se dice gustosa de compartir el conocimiento en espacios como el centro de la ciudad. 

Aunque a la par de las medidas preventivas, les recuerda a las personas que “no bajen la guardia y sigamos cuidándonos”. En casa, dice, “todos tenemos a alguien vulnerable o podemos contagiar a otras personas”.