Sepultureros temen ante inhumaciones por Covid-19 en Oaxaca
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Sepultureros temen ante inhumaciones por Covid-19 en Oaxaca

Aunque aún no les han inhumado a fallecidos por la enfermedad, un empleado del Panteón General no puede evitar externar su temor ante un posible caso


Sepultureros temen ante inhumaciones por Covid-19 en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

En el Panteón General de la ciudad de Oaxaca, sus más de 30 empleados tienen la idea de que los cuerpos de personas fallecidas a causa de Covid-19 no llegarán a los cementerios. Al menos creen que no a éste. “No llegan acá al panteón, los creman”, relata Dagoberto Hernández, encargado del inmueble que en este año cumple 190 de usarse como tal. 

Hasta ahora, ni él ni sus compañeros de la unidad de panteones del municipio han tenido que dar un servicio de inhumación (entierro) relacionado con los fallecidos por la nueva enfermedad en el estado. Aunque en el desarrollo de la plática y ante la posibilidad de que ocurra un servicio de esos, es inevitable que en él emerja el temor.

“Estamos en un hilo, al menos por nuestro trabajo”.

Las imágenes de las últimas semanas han dejado ver que en otros países hay sepultureros diversos. Algunos, como los que se han encargado de las fosas comunes para los fallecidos en Estados Unidos portan un traje blanco que cubre la totalidad de sus cuerpos. 

SOBRE LA GUÍA

En la guía de manejo de cadáveres por Covid-19, autoridades mexicanas señalan que “no hay evidencia hasta la fecha, de que exista riesgo de infección a partir de cadáveres de personas fallecidas por Covid-19; sin embargo, puede considerarse que estos cadáveres podrían suponer un riesgo de infección para las personas que entren en contacto directo con ellos”. 

Y por ello tienen que “ser manejados según lo establecido en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario de la Disposición de Órganos, Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos y las Normas Oficiales Mexicanas relacionadas, además de considerar el respeto por la dignidad humana en el tratamiento de los cadáveres y la relación con los familiares del fallecido, y se deberá verificar que se sigan las precauciones recomendadas en esta Guía en todo momento”.

Con palas y barretas, generalmente son tres los sepultureros que en el Panteón General cavan el espacio en el que se colocará el ataúd de una persona. Bajar el féretro y, nuevamente, cubrir la fosa es parte de su labor, la que hacen apoyados en cubre bocas, la ropa de trabajo y guantes. Esto puede tomarles unas tres horas o hasta ocho. Eso lo definirá el terreno en el que les toque retirar la tierra en los aproximadamente 20 servicios mensuales.

En caso de que hubiera un servicio de inhumación por Covid-19, ¿se contemplan alguna medidas? 

“Cuidarse, ponerse gel, cubre bocas, cubrirse totalmente”, responde. Sobre si ello implica el uso de algún equipo especial. Hernández lo niega: “Normal, lo que nos dan, equipos especiales no tenemos”. Sin embargo, no descarta que soliciten algún equipo para tal actividad.

Gabriel Hernández Luna, titular de la Unidad de Panteones, cuenta que se ha platicado con los empleados de los cuatro cementerios de la ciudad. “Se les ha comentado que sólo realizarán el servicio de inhumación, sin permitir abrir la caja por algún familiar”.

La guía de manejo de cadáveres por Covid-19 señala que luego de pasar por la morgue, la bolsa para traslado del cadáver puede introducirse en un féretro previa desinfección externa con solución con hipoclorito de sodio a 0.1%. Después de eso, debe haber una correcta introducción del cadáver y desinfección de la bolsa para traslado. Asimismo, que la manipulación exterior de ésta o del ataúd que la contenga no provoca riesgo.

Sin embargo, señala que la disposición final del cadáver ha de ser lo más pronto posible, preferiblemente mediante cremación. “De no ser posible, se practicará la inhumación en sepultura o bóveda. Si el destino final es entierro éste se da en las condiciones habituales”.


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