Comerciantes del Centro Histórico demandaron terminar con el negocio de las organizaciones sociales que se mantienen en plantón en la parte baja del Palacio de Gobierno, al manejar comerciantes informales.
Los vendedores ambulantes son respaldados por organizaciones afines a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y otras quienes dicen respaldar la lucha social y magisterial.
Amparados en organizaciones de la etnia Triqui, hombres y mujeres han hecho un enorme mercado sobre ruedas en los corredores de la sede del Poder Ejecutivo, así como parte del Zócalo y la Alameda.
Y es que luego de las festividades de los dos Lunes del Cerro, con lo cual llegó una gran cantidad de comerciantes de diversos giros, incluso juegos mecánicos, el comercio formal solicita una revisión de permisos para expender en vía pública.
Calles como Flores Magón, Las Casas y Bustamante, lucen llenas de puestos de productos diversos.
Mientras que en la parte baja del Palacio de Gobierno, se mantienen mujeres instaladas en plantón pero colocan sus puestos de artesanías o ropa típica de la región, incluso ofertan objetos que no son de artesanos o artistas oaxaqueños.
Al cierre del primer trimestre del 2016, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Michoacán concentran el 70 por ciento del total nacional de la población informal, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Oaxaca encabezó la informalidad laboral en México con una proporción respecto a su Población Económicamente Activa (todas aquellas personas de más de 15 años) de 82 por ciento.
Esto, seguido de estados como Guerrero, con 79.9 por ciento; Chiapas, con 78.3 por ciento; Puebla, con 73.3 por ciento; Tlaxcala, con 73 por ciento; Hidalgo, con 71.9 por ciento y Michoacán, con 71.8 por ciento.
Una de las características de las entidades del sur es que cuentan con un bajo o nulo desarrollo industrial, en donde las principales actividades económicas están enfocadas al comercio y a los servicios no siempre formales.
El hecho de que históricamente las entidades que concentran la mayor informalidad sean también las más pobres como lo es el caso de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, se debe a que esta ocupación otorga muy bajos salarios, y no otorga seguridad social.
