A casi dos meses de que el sismo de magnitud 8.2 sacudiera a Oaxaca y causara grandes daños en municipios del Istmo de Tehuantepec, los albergues instalados en sus mayoría sólo presentan un 10 por ciento de su ocupación, toda vez que los damnificados han buscado algunas otras alternativas pues muchos trabajan y ya regresaron a sus actividades.
La situación que se observa en la mayoría de los albergues instalados por el Gobierno Federal, se ven desolados, no hay nadie y de acuerdo a la Marina y Sedena, sólo llegan a comer y algunos a dormir, pero durante el día, no hay nadie.
En municipios como Tehuantepec y Juchitán las casas de campañas están vacías, ya hay muy poco personal del Ejército y casi no hay movimiento, salvo en algunos lugares en donde aún permanece la gente más que como un albergue, como un refugio vecinal, siendo entre los colonos los que se turnan para la elaboración de la comida y la limpieza del lugar, pues ya no hay vigilancia gubernamental.
Esta situación se debe a varios factores, entre ellos que pese al gran número de réplicas, cada vez se sienten menos o de menor intensidad, lo que ha permitido que la gente regrese a sus viviendas, otros han regresado luego de haber demolido su casa y pernoctan en el patio y otras más recurrieron con familiares.
Esta situación ha hecho que los albergues se vean vacíos y dejen de ser funcionales, pues la gente está tratando de reactivarse, buscando rehacer su vida y espera la reconstrucción de sus hogares.
En el caso de Juchitán solo el albergue del Tecnológico del Istmo mantiene algún movimiento, toda vez que el de la Séptima Sesión fue destruido por los fuetes vientos y del campo de beisbol, desalojado por el propio Ejército para ocuparlo como sede de la entrega de las tarjetas por medio de BANSEFI.
En Tehuantepec el campo agricultura se mantiene con poco más de 20 personas, mientras que en San Jacinto, San Sebastián y el Cerrito hay algunas familias que pernoctan ahí, toda vez que refieren que aún no pueden volver a sus casas.
