La emoción de vivir las famosas velas de mayo en Juchitán, Oaxaca, se convirtió en una dolorosa sorpresa para quien se identifica como la Dra. Yajaira Rodríguez, proveniente de Quintana Roo. Cuyo relato destaca la triste realidad de la discriminación racial aún presente en nuestras sociedades.
EL TESTIMONIO
Su testimonio fue publicado y compartido por algunos medios digitales locales. En el que narra su degradable experiencia de la que creía sería una de sus vivencias más significativas al hallarse en una comunidad con una amplia y diversa cultura.
Con un espíritu entusiasta y expectativas elevadas, Yajaira emprendió un largo viaje hacia Juchitán, región reconocida por su riqueza cultural y festividades tradicionales. Con la idea de disfrutar su velas y Fiestas de Mayo. Sin embargo, su alegría se desvaneció al enfrentarse a miradas de desaprobación y comentarios despectivos por su apariencia física en el primer hotel que visitó. Esta desagradable recepción fue solo el inicio de una serie de rechazos y actitudes discriminatorias que dejaron marcada su experiencia en la localidad.
“…mi entusiasmo se desvaneció cuando, en el primer hotel al que me acerqué, fui recibida con miradas de desaprobación y comentarios despectivos.
“Después de ser rechazada en un par de lugares supuestamente llenos, finalmente encontré un hotel que parecía prometedor. Pero al entrar, la persona que me recibió me escudriñó de arriba abajo con una expresión que dejaba claro que algo no estaba bien. Aunque traté de ignorar las señales, pronto escuché susurros sobre mi apariencia y origen étnico” (Sic.), relata la visitante.
Decidida a comprender el motivo de tal trato, Yajaira confrontó la situación, solo para encontrar respuestas vacías y excusas sin sentido que confirmaron sus peores temores: estaba siendo juzgada por su color de piel y origen étnico. Ante esta desalentadora realidad, tomó la difícil decisión de cambiar su destino y dirigirse a la Ciudad de México en busca de un trato más respetuoso.
HABLAN LAS REDES
Por su parte, los internautas no esperaron en lanzar sus opiniones tras la publicación del relato de la Dra. Yajaira, quienes la apoyaron y desaprobaron el trato indigno que recibió.
“Debe de decir nombre del hotel, porque no se vale que traten así a las personas que viene con la idea de conocer nuestras culturas”, “Es algo de no creer, pero si pudo aver pasado, y si fue así pues que lastima porque la verdad juchitan no se caracteriza por ser racistas”, “Lo creo, así son muchos del istmo, si te ven güero y ojo de color te atienden mejor”, “Y debería de decir el nombre del hotel para que la gerencia cambie a ese tipo de personal tan malo”, “Que hotel es para no pasar por lo mismo”, “Si no quieres que ésto siga pasando pon los nombres de los hoteles que te discriminaron para que no le pase a más Personas..!!!” (Sic.), refirieron algunas personas.
LLAMADO URGENTE
Aunque inicialmente desanimada, Yajaira decidió convertir su experiencia en un llamado urgente a la conciencia sobre el racismo y la necesidad imperativa de respetar la diversidad humana en todas sus formas. Su testimonio es un recordatorio contundente de que todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto, independientemente de nuestra apariencia o procedencia.
En su camino hacia nuevos horizontes, Yajaira lleva consigo la lección de humildad transmitida por sus padres, y su historia se convierte en un faro de esperanza y conciencia en la lucha contra la discriminación racial. Que su valentía y determinación inspiren un cambio positivo en nuestras sociedades, donde la igualdad y el respeto sean los pilares fundamentales de nuestra convivencia.
