Pandemia provoca daños psicológicos en familias istmeñas
Personas no contagiadas viven con miedo, los deudos no superan el dolor de la pérdida de sus familiares y hay niños enclaustrados.
Las comunidades zapotecas del Istmo, mantuvieron por décadas los rituales ancestrales para honrar a sus muertos, hasta la llegada de la pandemia del Coronavirus (Covid-19) durante el 2020.
Los mecanismos preventivos ordenados por las instancias de salud federal en el manejo de los cuerpos, provocó tristeza en los familiares de las personas que han fallecido por Covid-19, debido a que las reglas establecen que sean sepultados de inmediato y bajo medidas sanitarias estrictas.
Para evitar la propagación del virus, se suspendieron los velorios de cuerpo presente, rezos, novenarios, 40 días, cabo de año, entre otros rituales zapotecas postmortem, y ante la llegada de nuevas olas de la pandemia, las autoridades locales no descartan la suspensión del “Xhandu”, acto similar a los festejos del Día de Muertos.
“En la cultura de los zapotecas está muy arraigado el honrar a sus muertos, la falta del culto tradicional ha impactado en los deudos, principalmente en las personas de la tercera edad, quienes han expresado sentimientos de dolor y culpa”, expuso la psicóloga Diana Montserrat, quien recalcó que en estos momentos de pandemia, los problemas psicológicos se han agudizado en los sectores más vulnerables de la sociedad, principalmente en los niños y jóvenes.
Según los datos proporcionados por el Instituto de Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el 2020 en el territorio nacional la tasa de suicidio fue de 7 896 personas, mientras que durante el 2019 fue de 7 223, correspondiéndole al estado de Oaxaca el 9.7 del porcentaje general.
En lo que va del año se ha registrado el suicidio de más de mil niños y jóvenes en todo el país, debido al incremento de los problemas de violencia emocional por confinamiento.
Siendo principalmente los insultos, amenazas, intimidaciones, humillaciones, indiferencia, omisiones, menosprecio, burlas, aislamiento, entre otras por parte de los adultos.
La especialista clínica destacó que, uno de los principales problemas que afectan la salud de las personas contagiadas es el miedo a morir.
Agregó que se trata de casos de personas que llevan al extremo sus miedos, y para evitar el contagio permanecen recluidas en sus domicilios particulares rechazando cualquier trato con el exterior.
Además de utilizar en exceso los sanitizantes, gel antibacterial, medicamentos, y cualquier otro producto para protegerse del contagio.
