Lo que inició como un vuelo aparentemente rutinario terminó en tragedia la tarde de este jueves, cuando un helicóptero con seis personas a bordo se precipitó al río Hudson frente a las costas de Manhattan. Las autoridades han confirmado, hasta el momento, la muerte de al menos cinco ocupantes, según información proporcionada a The Associated Press (AP).
El siniestro ocurrió alrededor de las 3:17 p.m., hora local, momento en que el Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) recibió la primera alerta sobre una aeronave en el agua. Dos adultos, tres menores de edad y el piloto viajaban en el helicóptero, según confirmó un funcionario de la ciudad consultado por Bloomberg. Solo uno habría sobrevivido.
RESCATE A CONTRARRELOJ
A los pocos minutos del reporte, unidades de emergencia se desplegaron en la zona. Videos en redes sociales muestran embarcaciones rodeando el helicóptero sumergido cerca de un muelle de mantenimiento de una torre de ventilación del Túnel Holland, en la costa oeste de Manhattan.
En tanto, la autopista West Side experimentó importantes bloqueos vehiculares debido a la operación de rescate, como informó el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter).
Las causas del accidente aún están bajo investigación. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) se encuentra ya en camino para iniciar las indagatorias, mientras que la Administración Federal de Aviación (FAA) también monitorea el caso.
MANHATTAN: ENTRE RASCACIELOS Y CIELOS CONGESTIONADOS
Este trágico accidente reaviva el debate sobre la alta densidad de tráfico aéreo en Manhattan, donde helicópteros comerciales, turísticos y ejecutivos surcan el cielo neoyorquino casi a toda hora. En la isla operan varios helipuertos que sirven a ejecutivos, turistas y residentes con alto poder adquisitivo.
Aunque los sobrevuelos son parte del paisaje urbano, los residentes han criticado durante años la falta de regulación, así como los riesgos ambientales y de seguridad que representa la operación de helicópteros en una zona densamente poblada.
UN DÍA NEGRO PARA LA AVIACIÓN EN EE. UU.
Este no fue el único incidente aéreo registrado en Estados Unidos este jueves. Por la mañana, dos aviones de filiales de American Airlines colisionaron ligeramente con las alas durante una maniobra en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington D.C. Aunque no hubo heridos, el evento suma tensión a una semana marcada por cuestionamientos sobre la seguridad aérea en el país.
Estos hechos se suman a la tragedia ocurrida en enero, cuando un helicóptero militar estadounidense colisionó en vuelo con un avión de pasajeros regional, también cerca del aeropuerto Reagan, dejando múltiples muertos.
LAS AUTORIDADES LLAMAN A LA CALMA
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, aún no ha emitido un posicionamiento oficial, pero se espera que en las próximas horas haya una rueda de prensa conjunta entre el NYPD, FDNY y autoridades federales.
La FAA ha solicitado a los usuarios de redes sociales no difundir imágenes no verificadas ni especulaciones mientras se lleva a cabo el proceso de recuperación e investigación.
¿UNA TRAGEDIA EVITABLE?
A medida que se recuperan más detalles del siniestro, crece la presión sobre la regulación del tráfico aéreo no comercial en Manhattan. Asociaciones civiles, como Stop the Chop NY/NJ, han venido exigiendo desde hace años una prohibición de vuelos turísticos en helicóptero, advirtiendo que la saturación aérea es un accidente esperando ocurrir.
Finalmente, por ahora, la ciudad se viste de luto y las autoridades trabajan a marchas forzadas para esclarecer lo ocurrido y recuperar los cuerpos del Hudson. La comunidad neoyorquina, impactada, se pregunta si este tipo de vuelos aún tienen lugar en una ciudad tan saturada y vulnerable como lo es Manhattan.