En un giro que podría redefinir el futuro inmediato de la transición energética en Estados Unidos, la administración del expresidente Donald Trump impuso aranceles históricos de hasta 3,521% a las importaciones de equipos solares provenientes de Camboya, Vietnam, Malasia y Tailandia.
La medida, resultado de una investigación comercial de un año llevada a cabo por el Departamento de Comercio, concluyó que estos países estaban incurriendo en prácticas de dumping. Al vender sus productos a precios por debajo del costo de producción, aprovechando subsidios gubernamentales injustos.
VICTORIA PARA FABRICANTES, RETROCESO PARA RENOVABLES
Aunque representa una victoria para la industria solar estadounidense, que ha luchado por competir con la producción asiática, los expertos advierten que esta decisión puede ser un duro revés para el desarrollo de energías limpias. En 2024, EE.UU. importó 12 mil 900 millones de dólares en equipos solares desde estos cuatro países. Lo que representa el 77% del total de módulos solares usados en el país.
“Es una victoria decisiva para la industria manufacturera estadounidense”, celebró Tim Brightbill, abogado principal de la coalición que impulsó la queja, y quien aseguró que se trata de una respuesta contra décadas de competencia desleal encabezada por empresas chinas.
ARANCELES HISTÓRICOS Y CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
El arancel más alto –3,521%– fue asignado a Camboya, que dejó de cooperar con la investigación, según reportó el Departamento de Comercio. Los nuevos gravámenes se suman a otras medidas comerciales tomadas por Trump bajo su política de “América Primero”. La cual ha provocado disrupciones en las cadenas globales de suministro.
Sin embargo, mientras los fabricantes como First Solar o Hanwha Q Cells podrían verse beneficiados, los desarrolladores de proyectos de energía solar en EE.UU. enfrentan un escenario de mayores costos, menos suministro y más incertidumbre.
ENTRE TRUMP Y BIDEN: GUERRA SOLAR A DOS MANOS
La paradoja es que la investigación fue iniciada durante la presidencia de Joe Biden. Incluso cuando su administración ha impulsado subsidios e incentivos bajo la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) para fomentar la producción y uso de energías limpias. La tensión entre impulsar la manufactura nacional y garantizar el acceso a insumos asequibles para el despliegue masivo de tecnología renovable se convierte así en un dilema estratégico.
¿Y AHORA QUÉ?
Analistas de BloombergNEF advierten que, de mantenerse, estos aranceles podrían frenar o encarecer el despliegue de nuevos proyectos solares, justo cuando EE.UU. necesita acelerar su transición energética para cumplir sus metas climáticas.
Finalmente, el sector ahora se debate entre celebrar la defensa de la industria nacional o lamentar la posible desaceleración de su crecimiento. Mientras tanto, los ojos del mundo siguen puestos en cómo responderán los mercados internacionales y si habrá medidas de represalia desde el sudeste asiático.