El gobierno de Nicaragua anunció que liberó el martes a 56 líderes de las protestas antigubernamentales, considerados por la oposición como “reos políticos”, en el marco de una controvertida ley de amnistía que impide a sus beneficiarios volver a protestar contra el mandatario Daniel Ortega.
El país centroamericano vive su peor crisis política desde la guerra civil de los ochenta.
En abril de 2018 estallaron protestas contra el gobierno por una reforma al seguro social, que luego fue revocada, que escalaron luego hasta pedidos por la dimisión del presidente y elecciones adelantadas.
“Viva Nicaragua libre, pronto saldremos de esta dictadura”, dijo el periodista Miguel Mora, director del Canal 100 % Noticias, clausurado por el gobierno, en un video transmitido en vivo en redes sociales.
Los reos fueron entregados a la Cruz Roja Internacional, dijo el gobierno en una nota, en el marco de la Ley de Amnistía que fue aprobada el fin de semana por el Parlamento, de mayoría oficialista.
Según sus críticos, la norma busca dejar impunes los crímenes cometidos por fuerzas policiales y grupos de choque afines a Ortega.
Durante el conflicto, al menos 324 personas han muerto, la mayoría a manos de la policía y fuerzas de seguridad gubernamentales, según organismos de derechos humanos.
El gobierno sofocó las protestas apresando a sus principales líderes.
El Comité de Familiares de Presos Políticos informó a través de un comunicado que en las cárceles quedan todavía 86 presos políticos.
El Ejecutivo se ha comprometido a liberarlos a todos a más tardar el 18 de junio como parte de un diálogo encaminado a solventar la crisis política.
