El sábado 26 de abril de 2025, un grupo especial de personas se reunirá en las escaleras de la Basílica Papal de Santa María Maggiore para dar el último adiós al Papa Francisco. En un acto simbólico y profundamente conmovedor, migrantes, personas transgénero, pobres y prisioneros tendrán la oportunidad de rendir homenaje al Pontífice, quien dedicó su papado a los más vulnerables de la sociedad.
UN ADIÓS CON UNA ROSA BLANCA: UN HOMENAJE A LOS “ÚLTIMOS”
Este último adiós no será solo una despedida, sino un agradecimiento. Cada uno de los aproximadamente 40 participantes llevará en su mano una rosa blanca, un símbolo de gratitud hacia el Papa Francisco, quien para muchos de ellos fue una figura paternal. Los sin techo, migrantes, prisioneros y personas transgénero tendrán el honor de estar entre los últimos en despedirse de él antes de su entierro, un acto que se llevará a cabo en el corazón del Vaticano, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza de la Basílica Liberiana.
EL SIGNIFICADO DE LA DECISIÓN: UNA REPRESENTACIÓN DE LOS MÁS VULNERABLES
La decisión de incluir a estas personas en el último adiós al Papa fue promovida por Monseñor Benoni Ambarus, delegado para la caridad del episcopado italiano, quien resaltó el profundo compromiso del Papa Francisco con los más necesitados. La idea surgió como un gesto para valorar la presencia de los pobres en un evento tan significativo. En palabras de Ambarus, este gesto es una forma de reconocer a los más olvidados de la sociedad, quienes para el Papa Francisco siempre tuvieron un lugar privilegiado.
Los prisioneros de la cárcel de Rebibbia, migrantes, personas sin hogar y miembros de la comunidad transgénero estarán presentes en este acto de despedida. Muchos de estos individuos han tenido la oportunidad de conocer al Papa a lo largo de los años y lo consideran una figura que los acogió y los apoyó de manera concreta. La presencia de estos grupos es un símbolo de la inclusión y la solidaridad que el Papa promovió durante su pontificado.
RECUERDOS Y AGRADECIMIENTOS DE AQUELLOS QUE LO CONOCIERON
En el acto estarán representados aquellos que conocieron al Papa y fueron tocados por su bondad, incluidos los reclusos de Rebibbia. Para muchos de ellos, la muerte del Papa Francisco es una pérdida profunda. Según Ambarus, algunos prisioneros se han expresado con sentimientos de orfandad tras su fallecimiento, pero también con esperanza, ya que el Papa siempre los animó a no perder la fe.
El Papa Francisco fue un defensor incansable de los más necesitados. Durante su pontificado, implementó acciones concretas en favor de los pobres, como la creación del Fondo Jesús Divino Obrero para ayudar a los desempleados y precarios durante la pandemia de COVID-19, así como su constante apoyo a causas sociales a través de donaciones secretas a diversas organizaciones.
EL PAPA Y LA CARIDAD: UN COMPROMISO QUE TRASCIENDE
A lo largo de los años, el Papa Francisco no solo ha hablado de caridad, sino que ha practicado lo que predicaba. Donó grandes sumas de dinero para ayudar a los más necesitados, como la reconstrucción de viviendas para familias en situación de pobreza o la renovación de casas para el clero para transformarlas en apartamentos para quienes lo necesitaban. Su legado de solidaridad y empatía sigue siendo un ejemplo para el mundo entero.
UN ACTO DE DESPEDIDA Y GRATITUD
El gesto de la rosa blanca es más que una despedida; es una manera simbólica de agradecer al Papa Francisco por todo lo que hizo durante su papado en favor de los más necesitados. Para estos últimos de la sociedad, este será un momento de reconocimiento y gratitud hacia el Pontífice que los consideró sus hijos. En palabras de Ambarus: “Son los hijos quienes saludan al padre”. Un acto de despedida profundamente emocional que reflejará la verdadera esencia de la compasión y el amor que el Papa Francisco sembró en el corazón del mundo.
Este emotivo homenaje de despedida resalta el compromiso del Papa Francisco con los más vulnerables, y la grandeza de su legado como defensor de la justicia social y la inclusión.