La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, participa desde este fin de semana en la 51ª cumbre del G7, que se celebra en la localidad de Kananaskis, en Alberta, Canadá. En calidad de invitada especial, la mandataria representa a México en uno de los foros políticos y económicos más relevantes del mundo, en un momento marcado por la tensión geopolítica y la crisis migratoria.
Una participación inédita
Se trata de la primera vez que una presidenta mexicana asiste a esta cumbre, conformada por las siete economías más desarrolladas del planeta: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, con la Unión Europea como invitada permanente. México no es parte del grupo, pero fue convocado por el gobierno canadiense como parte del bloque de países observadores junto con Brasil, India y Ucrania.
Temas clave: migración, remesas y comercio
Previo a su partida, Sheinbaum expresó que su participación servirá para “defender a los mexicanos dentro y fuera del país”, en clara referencia al tema migratorio, que se volvió prioritario tras las recientes redadas en ciudades como Los Ángeles.
Fuentes diplomáticas señalaron que México propondrá una revisión al posible impuesto del 3.5 % sobre remesas, una medida discutida en círculos republicanos en EE.UU., además de insistir en el respeto a los derechos de los migrantes.
En el ámbito comercial, México busca revisar los aranceles aplicados al acero y al aluminio y abordar temas pendientes del T-MEC, particularmente en vísperas de una posible renegociación con Estados Unidos y Canadá.
Encuentro con Trump y otros líderes
Uno de los momentos más esperados es la reunión bilateral entre Claudia Sheinbaum y el expresidente Donald Trump, quien también se encuentra en Canadá como invitado especial. Aunque no se ha confirmado oficialmente la hora del encuentro, ambos equipos de trabajo adelantaron que se tratarán temas sensibles como migración, cooperación fronteriza y comercio regional.
Sheinbaum también sostendrá reuniones con el primer ministro canadiense, Mark Carney, y con representantes de la Unión Europea.
México alza la voz
La presencia de México en el G7 es considerada por analistas como un paso firme hacia una política exterior más activa. Desde la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania, México no había tenido una participación visible en este foro.
Esta vez, el gobierno electo apuesta por una diplomacia directa, en voz de la futura presidenta, quien viajó acompañada por una comitiva encabezada por Marcelo Ebrard y Rosa Icela Rodríguez.
Bajo perfil pero con mensaje firme
A diferencia de otras cumbres, Canadá optó por un formato sin comunicado conjunto, para evitar tensiones entre países con posturas divergentes. Aun así, México busca dejar claro su papel como socio estratégico de América del Norte y como defensor de los derechos de sus connacionales en el extranjero.