El reciente anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a todos los productos provenientes de México y Canadá en su primer día de gobierno, ha generado una fuerte reacción del gobierno mexicano. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó la medida de “un tiro en el pie” y explicó por qué este tipo de decisiones resultarían mucho más perjudiciales para la economía estadounidense que para la mexicana.
LA ADVERTENCIA DE TRUMP Y SU IMPACTO POTENCIAL
El pasado 25 de noviembre, Donald Trump utilizó su cuenta de Truth Social para anunciar que, el 20 de enero de 2025, su primera orden ejecutiva será la imposición de un arancel del 25% sobre todas las importaciones de México y Canadá, además de un 10% sobre los productos provenientes de China. En su mensaje, Trump vinculó esta decisión con la migración y el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, asegurando que los dos países vecinos deben solucionar estos problemas de forma eficaz y que, hasta que lo hagan, tendrán que pagar un “precio muy alto”.
Este tipo de políticas proteccionistas no son nuevas en la historia de Estados Unidos, pero, de acuerdo con Marcelo Ebrard, las consecuencias de una medida como la propuesta por Trump serían mucho más graves hoy en día. En una conferencia de prensa este 27 de noviembre, el ex canciller de México detalló que la imposición de aranceles tan altos afectaría de forma directa tanto a los consumidores como a las empresas estadounidenses, muchas de las cuales tienen fábricas y plantas en México.
LOS EFECTOS EN LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS
Ebrard destacó que, en caso de implementarse, el arancel del 25% tendría un impacto inmediato sobre las empresas estadounidenses, especialmente las del sector automotriz, como General Motors, Ford y Stellantis, que dependen de las importaciones de autopartes mexicanas. Las empresas estadounidenses que cuentan con plantas en México verían duplicado el Impuesto Sobre Utilidades, mientras que las autopartes exportadas a Estados Unidos experimentarían un incremento del 25%.
Según el secretario de Economía mexicano, los efectos de esta medida serían aún más devastadores que en el pasado. Citando ejemplos históricos como la imposición de un arancel del 10% en 1971 por parte del presidente Richard Nixon, Ebrard explicó que estas medidas en su momento generaron un aumento en los precios de los productos importados y una reducción en el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses. Hoy, la relación comercial entre ambos países es mucho más profunda, y el impacto sería “cuatro veces mayor”, dado que México exporta un 12.7% de sus productos a Estados Unidos.
Además, la posible pérdida de alrededor de 400,000 empleos en Estados Unidos y la desaceleración de su crecimiento económico serían consecuencias inevitables si la medida es aplicada, agregó Ebrard. La Secretaría de Economía mexicana ha consultado a diversas empresas sobre la viabilidad de estos aranceles y la estimación realizada es que las pérdidas serían sustanciales para la economía estadounidense.
LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ COMO PRINCIPAL AFECTADA
Uno de los sectores más vulnerables frente a los aranceles sería la industria automotriz, que depende enormemente de la cadena de suministro entre México y Estados Unidos. Ebrard señaló que un ejemplo claro son las camionetas pickup, que representan el 88% de las ventas de este tipo de vehículos en Estados Unidos y cuyo origen es, en su mayoría, México. Con un arancel del 25%, los precios de estos vehículos aumentarían entre 3 mil y 4 mil dólares por unidad, afectando directamente al consumidor estadounidense.
MÉXICO BUSCA ALTERNATIVAS Y FORTALECE ALIANZAS COMERCIALES
Ante este panorama, el gobierno de México no se ha quedado de brazos cruzados. Ebrard reveló que, además de las negociaciones con Estados Unidos, están acelerando las conversaciones comerciales con otros bloques, como la Unión Europea, y con países de Latinoamérica, como Brasil. La Secretaría de Economía mexicana ha estado trabajando activamente para fortalecer su presencia en estos mercados y buscar alternativas para evitar que las economías de América del Norte se fragmenten debido a políticas proteccionistas.
“Estamos en un momento decisivo. Podemos elegir entre fragmentarnos con acusaciones y tarifas, debilitando nuestras economías, o construir juntos una región fuerte, competitiva y preparada para enfrentar los desafíos del futuro”, afirmó Ebrard.
REACCIONES POLÍTICAS EN MÉXICO
Las declaraciones de Trump también han generado reacciones políticas dentro de México. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se mostró optimista en cuanto a la posibilidad de que se llegue a un acuerdo con Estados Unidos. Sheinbaum confía en que las negociaciones lograrán evitar la aplicación de los aranceles, aunque reconoció que la situación requiere una respuesta firme del gobierno mexicano.
Por otro lado, algunos políticos mexicanos han expresado su preocupación por la postura de Trump. La senadora Lilly Téllez, por ejemplo, criticó la carta de Sheinbaum en la que se abogaba por la negociación con Estados Unidos, y cuestionó si es correcto pedirle a Trump que intervenga para resolver problemas bilaterales.
Finalmente, la propuesta de Donald Trump de imponer un arancel del 25% a México y Canadá ha abierto un nuevo frente en las relaciones comerciales entre ambos países. Mientras que el gobierno mexicano sostiene que esta medida perjudicaría gravemente a Estados Unidos, especialmente en sectores clave como la industria automotriz, el futuro de las negociaciones dependerá de la disposición de ambas partes para evitar un conflicto económico innecesario. Las próximas semanas serán cruciales para definir el rumbo de la economía norteamericana y la relación entre México y su vecino del norte.