Este martes, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó una orden para aligerar su política arancelaria a las empresas automotrices.
México es una de los principales socios exportadores de estos bienes. Por el momento, las autopartes que provienen de Canadá y México están exentas de estos aranceles, si cumplen con las reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El Departamento de Comercio estadounidense informó que aplicarán una “compensación” arancelaria que comenzará en 3.75 % del precio de venta al público del vehículo, se reducirá a 2.5 % durante el segundo año y se reducirá a cero en dos años.
La medida beneficia a las automotrices que importan piezas de automóviles a Estados Unidos. Además, el arancel de 25 % a vehículos importados no se sumará a la tarifa de 25% que ya se aplica al acero o al aluminio.
Según analistas independientes y fabricantes de vehículos, la política arancelaria de Donald Trump pone en riesgo las ventas y la competitividad de la industria automotriz de Estados Unidos.
Por su parte, el mandatario estadounidense describió el cambio como un puente para que los fabricantes de automóviles trasladen más producción a Estados Unidos.
“Solo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo”. “No queríamos penalizarlos”, aseguró en rueda de prensa.