La violencia y represión vividas en Irán desde la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, sigue sorprendiendo al mundo, pues sigue cobrando víctimas. La madrugada de este sábado 7 de enero fueron ejecutados dos hombres más, quienes fueron acusados por el asesinato de un paramilitar durante las manifestaciones. Se trata de un activista y un campeón de karate. Sus nombres, Mohammad Mahdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, se sumaron a la lista de brutalidad vivida en el país oriental.
Los fiscales acusadores aseguraron que durante una protesta, el oficial paramilitar Ruhollah Ajamian fue desnudado y asesinado por un grupo de personas que rendían tributo a un manifestante asesinado. Los dos ejecutados fueron acusados por el crimen y después de presuntamente confesar su participación, se les condenó a la muerte en la horca. Pero Amnistía Internacional denunció que fueron condenados tras obtener confesiones forzadas.
Mizan Online, la agencia de información del poder judicial designada por el régimen, dio a conocer el cumplimiento de las condenas de la siguiente manera: “Mohammad Mahdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, los principales autores del crimen que condujo al martirio de Ruhollah Ajamian, fueron ahorcados en la mañana”.
De acuerdo a la BBC, Mohammad Mahdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini fueron declarados culpables de “difundir la corrupción en la Tierra”, un crimen considerado capital en Irán. Cabe recalcar que no se tienen conocimiento de que se haya realizado un juicio, únicamente se sabe que las condenas fueron dictadas por las Cortes Revolucionarias iraníes, la cual realiza sus procedimientos a puerta cerrada, los cuales han sido cuestionados en repetidas ocasiones por la comunidad internacional.
Su sentencia llegó e diciembre de 2022, pero fue apelada, pues aseguraron haber sufrido tortura para confesar su participación. De acuerdo al abogado Ali Sharifzadeh Ardakani, a Hosseini le dispararon con táser y le pegaron en la planta de sus pies con una barra de metal. Sin embargo, el 3 de enero de 2023 el Tribunal Supremo de Irán confirmó la sentencia.
Dos vidas truncadas
A los 11 años Mohammad Mahdi Karami comenzó su camino en el karate, a los 21 era campeón kurdo-iraní de dicho deporte. Tenía tatuados los aros olímpicos en el antebrazo.
Los padres del joven aseguraron que no se les permitió verlo antes de su ejecución, la cual trataron de evitar enviando un video pidiendo al régimen le perdonara la vida. En la grabación su papá suplicó: “Mi hijo es uno de los campeones de karate de Irán, tiene varios títulos nacionales y fue el cuarto clasificado en el equipo nacional iraní. Les ruego que levanten la orden de ejecución”. En prisión, el deportista se sometió a una huelga de hambre debido a que no se le permitió escoger su propio abogado defensor.
Tenía 20 años, hacía voluntariado con niños, así era el activista Seyyed Mohammad Hosseini, quien de acuerdo a la parlamentaria alemán Ye-One Rhie, tenía una triste historia, pues perdió a sus dos padres y cada jueves visitaba sus tumbas. Pese a ello se dedicó a entrenar gratis a menores.
Justo cuando se dirigía a visitar la tumba de sus padres fue detenido, con él iba su hermano, del cual no se sabe nada. Junto a los ahora occisos fueron condenados otros dos hombres, Hamid Ghare-Hasalou y Hossein Mohammadi, quienes esperan se cumpla su ejecución.
Saldo de protestas
Desde que iniciaron las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, quien estaba bajo custodia de la policía moral, quien la detuvo por presuntamente llevar su hiyab, o velo islámico, de forma “impropia”, han muerto 516 manifestantes, incluyendo 70 niños. También murieron 68 elementos de las fuerzas del orden y 19 mil 262 personas han sido arrestadas, de acuerdo a la organización humanitaria Human Rights Activists’s News Agency (HRANA).
Además, cuatro personas han sido ejecutadas, dos de ellas en diciembre. Majidreza Rhnavard, de 23 años, fue colgado públicamente desde una grúa, acusado de asesinar con un cuchillo a dos miembros de las fuerzas de seguridad y herir a otros cuatro. Mohsen Shekari, de 23 años, también fue ejecutado, estaba acusado de presuntamente bloquear una calle y herir con un cuchillo a un miembro de la fuerza Basij de Irán.
