Por: Yael Alexander Victoria González
Despedimos el Año Viejo y se origina un sentimiento de gratitud al saber que hemos vivido un año más y que estamos preparados para disfrutar de todo lo que nos tiene el Año Nuevo. Es dar gracias por lo vivido durante doce meses y es crear buenos propósitos para el año que está por comenzar, deseando que todos se nos cumplan.
¿Y tú como despides el año que termina?
Algunas familias preparan una cena muy rica esto con el propósito de que durante todo el año que viene no falte la comida.
Se cree también que lo que se haga esa noche determinará como nos irá los doce meses venideros. Otra costumbre muy popular, es que deben comerse doce uvas al sonar las doce campanadas de la medianoche, una uva por cada mes, y por cada una hay que pedir un deseo, para garantizar prosperidad y buena fortuna.
Otro “ritual” muy arraigado consiste en barrer la entrada de la casa y sacar el polvo, a fin de echar afuera la mala suerte. También se recomienda estrenar alguna prenda de vestir para recibir regalos y, con el propósito de atraer viajes durante el año que empezará, salir a la calle a dar la vuelta a la manzana con una maleta en la mano.
En las iglesias se celebra la “misa de gallo” poco antes de la medianoche, para dar gracias por el año que termina. Y en algunos otros lugares queman al año viejo, representado por un señor anciano relleno de cuetes.
En los zócalos de muchos pueblos y ciudades, la gente se reúne para compartir con gran alegría los últimos minutos del año. Brindan, bailan, se besan y abrazan los unos a los otros y no falta también quien llore ya sea de tristeza o felicidad.
Es una fecha en la que se recuerda a los que ya nos dejaron en esta vida como en mi caso que mi abuelita Emi se nos adelantó este año y mis abuelitos Agustín y Martitha que también se nos fueron, pero que los recordamos siempre y con mucho amor. En esta fecha se celebra también a los recién nacidos, pues hay mamis que se la pasan en el hospital para dar a luz.
Cuando ya se acerca la medianoche, me gusta porque con voz fuerte y emocionados empezamos a contar los segundos finales del año que termina: ¡…cinco, cuatro, tres, dos, uno!” Los primeros minutos del Año Nuevo son muy felices, pues según la tradición esa felicidad durará todo el año.
Yo despido muy contento este 2018, viví experiencias muy agradables tanto familiares como escolares y estoy muy agradecido con la vida, porque cuento con una familia muy bonita que me da lo mejor para ser feliz.
De manera muy especial, quiero agradecerles el que me lean domingo a domingo en este suplemento de tan prestigiado diario oaxaqueño. Deseo a todos mis lectores que sus propósitos se cumplan y que el 2019 sea un año de dicha, salud y felicidad.
¡Bienvenido 2019!