¿Por qué se distribuyen las especies en zonas específicas del mundo?

Seguramente muchos se han preguntado en algún momento, por qué solo ciertos animales se encuentran en una zona específica del planeta y no se encuentran distibuidos los mismos en todas las zonas del mundo.

Lo cierto es que la flora y la fauna se distribuyen en una cierta región siguiendo una serie de reglas ya establecidas, esto ha generado cierta curiosidad científica de forma permanente.

Uno de los hechos más curiosos, es que diferentes especies se encuentran en ciertas zonas específicas del mundo, por ejemplo, los ecosistemas pertenecientes al Sudeste Asiático y los de Oceanía, son lugares que a pesar de estar cerca, son muy diferentes.

Alfred Wallace naturalista especializado, al notar durante sus primeras expediciones en estas regiones su gran diferencia, trazó una línea imaginaria para separar ambos ecosistemas a modo de una frontera que fuera invisible.

Esta frontera invisible, divide la fauna de islas contiguas como Bali, Lombok, Borneo y Célebes. Científicos interesados e intrigados por el cambio que se presentaba a lo largo de esa línea divisoria, intentaron buscar explicaciones a este fenómeno.

Estas investigaciones fueron enfocadas en todas las plantas y animales pertenecientes a estas zonas, y a medida que avanzaba la investigación, iban apareciendo respuestas a las incógnitas que tenían.

Una de ellas es que la placa tectónica australiana se desplazó hacia el norte, deslizándose bajo la placa euroasiática hace más de cincuenta millones de años, provocando la aproximación de los territorios de Australia y Eurasia.

Esto generó la aparición de algunas islas volcánicas y facilitó la migración de algunas especies de animales entre esos dos lugares, haciendo más intenso el flujo en el sentido de Asia a Australia que a la inversa.

Además, el movimiento de esas placas tectónicas, que acercó los territorios y que también facilitó la migración de algunos animales, el cambio de clima y la forma aislada, hizo que especies evolucionaran contribuyendo a la diferenciación de las especies propias de cada lugar.

Especies originarias a hábitats tropicales han crecido más rápido que aquellas especies originarias a hábitats fríos, por ejemplo, el tigre de Sumatra, es una especie adaptada a los climas cálidos y húmedos.

Debido a esto y en relación al clima, la fauna asiática ha tenido que emigrar a Nueva Guinea y al norte de Australia, pues el clima de esos territorios es más adecuado para que las especies puedan vivir y desarrollarse por ser climas cálidos y húmedos.

La evolución de la fauna, ha provocado que las especies originarias a hábitats tropicales, que son las que crecen más rápido que las especies de hábitats más fríos, ha permitido la existencia de mayores especies, haciendo crecer la biodiversidad.

El ambiente condiciona y proporciona hogar a quien se pueda alojar con éxito, esto quiere decir que no hay una evolución de las especies, mejor dicho, es una coevolución que existe entre el ambiente y el inquilino.