Aquí te presentamos una guía detallada de cómo hacerlo sin causar daños. Siguiendo estos pasos, no solo estarás cuidando la estética de tu equipo, sino también su funcionamiento y durabilidad.
- Apaga y Desconecta: Antes de iniciar, apaga completamente tu computadora y retira el cable de la corriente, garantizando tu seguridad y evitando daños en el equipo.
- Exterior Libre de Polvo: Utiliza un paño suave y seco para eliminar el polvo y la suciedad en la carcasa y la pantalla. Evita el uso de productos químicos que podrían ser dañinos.
- Aire Comprimido al Rescate: El polvo interno puede reducir el rendimiento de tu equipo al obstruir ventiladores. Con una lata de aire comprimido, y siguiendo las recomendaciones del fabricante, podrás eliminar estas partículas.
- Atención al Teclado y Mouse: Ambos son propensos a acumular suciedad. Un cepillo suave y aire comprimido son ideales para el teclado. Para el mouse, un paño suave con un poco de alcohol isopropílico será suficiente.
- Puertos y Conexiones: Estos también suelen acumular polvo. Límpialos con un pincel suave o hisopo con un toque de alcohol isopropílico. Asegúrate de que se sequen bien antes de conectar cualquier dispositivo.
- Ventilación Óptima: Más allá de la limpieza, la ubicación de tu computadora es vital. Debes asegurarte de que cuente con suficiente espacio para una correcta circulación de aire. Si es necesario, una base refrigerante puede ser una excelente inversión.
- Limpieza Interna (para Expertos): Si posees experiencia en hardware, puedes optar por una limpieza interna, desmontando la carcasa y limpiando componentes específicos. Si decides hacerlo, sigue siempre las indicaciones del fabricante y utiliza herramientas adecuadas.
