De todas las áreas del hogar, la recámara se posiciona como una de las estancias más importantes de la casa. Además de ser el lugar de descanso por excelencia, la habitación es un espacio de retiro que protege la intimidad y vulnerabilidad de quien lo ocupa. Por ello, su organización y decoración son los aspectos que más deben cuidarse, ya que estos impactan directamente en el sueño y, por ende, en la salud física y psicológica. Sin importar su tamaño, el dormitorio debe ser percibido como un espacio amplio, iluminado, limpio y ordenado.
Si bien el interiorismo ha proporcionado un sinfín de técnicas y consejos que se enfocan en el mantenimiento de un cuarto bien arreglado, la realidad es que, con el tiempo, ciertos artículos comienzan a contaminar este sitio. Cuando menos se espera, pilas de objetos innecesarios entorpecen el flujo energético e impiden una estadía confortable.
Las filosofías milenarias, como el método KonMari, han demostrado que la depuración de cosas innecesarias del hogar resultan en el mejoramiento del estilo de vida. Partiendo de este precepto, te presentamos una lista de 10 cosas que debes tirar de tu recámara inmediatamente.
Almohadas viejas
A pesar de que no exista un lapso determinado que indique cuándo se deben cambiar las almohadas, si éstas tienen más de dos años o bien, has almacenado algunas en tu closet, es momento de tirarlas y, si es el caso, de cambiarlas por unas nuevas. Pasado este tiempo, éstas comienzan a deteriorarse, se deforman los materiales y por una cuestión de higiene.
Peluches o juguetes de la infancia
Es normal que los objetos como los juguetes y peluches, carguen con un valor sentimental, ya que son el recuerdo de algún momento o persona especial. Sin embargo, son artículos que —si no forman parte de la habitación de los niños— sólo ocupan espacio que podrías aprovechar en otras cosas.
Trastes o utensilios de cocina
Al menos en una ocasión, los platos de comida, vasos o tazas con líquidos han terminado en el dormitorio. Aunque comer en la habitación no es lo ideal, el verdadero problema es dejar olvidadas las piezas de la vajilla o los utensilios de la cocina ahí. Por orden e higiene, devuelvelos a su zona designada.
Ropa vieja o desgastada
Al abrir tu closet, ¿puedes nombrar y localizar con facilidad lo que tienes doblado o colgado? Deja los sentimentalismos para otra ocasión y depura todas las prendas de ropa y calzado que llevas tiempo sin ocupar o que luzcan deterioradas.
Accesorios en desuso
Aretes, collares, pulseras, anillos o lentes. Inspecciona todos los accesorios que posees. Identifica aquellos que no hayas utilizado en dos años, se vean viejos, maltratados, estén rotos o incompletos, y depúralos.
Espejos rotos o viejos
La vida útil de los espejos concluye cuando estos comienzan a lucir opacos o están rotos. No prolongues su utilidad, desechalos y reemplázalos por unos nuevos. Además, ayudará a mejorar la energía y ampliará la percepción espacial de la habitación.
Lámparas o series de luces rotas
Otro de los elementos que se deben depurar en cuanto se fundan o descompongan son las lámparas o series de luces. No postergues el cambio de estas fuentes de iluminación, pues se convierten en objetos imprácticos e irrumpen con la decoración de la habitación.
Libros y revistas
Aunque acostumbres leer antes de dormir, la mesa de noche no es lugar para ubicar una colección de revistas ni de libros. Una vez que hayas terminado con ellos, no tienen propósito en esta estancia. Además de desaprovechar espacio, —según el feng shui— el exceso de material literario dentro del dormitorio puede impedirte conseguir un descanso reparador.
Cables y aparatos electrónicos descompuestos
Los cables, los cargadores de celular viejos, las cámaras y los audífonos que ya no sirven y continúas guardando en cajas o en algún cajón sólo están abarcando espacio que podrías aprovechar para otra cosa. Si no tienen arreglo o ya no les das uso, desechalos.
A pesar de que esta sección de la casa esté designada en su totalidad para el uso personal, esto no significa que aquí se pueda almacenar cualquier cosa que caiga en tus manos. Recuerda que, sobre todo, la recámara es un espacio en el puedes relajarte, descansar y tomar un respiro del estrés de la vida diaria. Un área ordenada y limpia te permitirá recargarte para el día siguiente, y te reconfortará cuando más lo necesites.