Mediante una solemne ceremonia la pareja intercambió votos y alianzas, y recibió la bendición nupcial de manos del sacerdote oficiante, quien los exhortó a vivir en amor y fidelidad por el resto de sus vidas.
Después de que el pare padre los proclamara marido y mujer, los recién casados se trasladaron con una calenda al Jardín Etnobotánico en donde se ofreció una recepción en su honor.