Señales que indican que no te estás vistiendo según tu edad
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Señales que indican que no te estás vistiendo según tu edad

Aunque nos neguemos a aceptarlo, la ropa siempre dice mucho de quiénes somos e incluso la manera en la que nos comportamos


Señales que indican que no te estás vistiendo según tu edad | El Imparcial de Oaxaca

Para absolutamente todo hay un código de vestimenta que debe seguirse al pie de la letra; de lo contrario, la probabilidad de ser aquella persona que no sabe dónde está parado incrementa rápidamente. Pensar, por ejemplo, en ir a un concierto de rock con un traje sastre puede ser una de los eventos más ridículos que pasen por nuestra mente. Cada prenda tiene su espacio y eso es algo que no podremos cambiar jamás, ni siquiera intentando un forzado ejercicio de descontextualización.

Si lo pensamos detenidamente, cada look tiene incluso una etapa definida. Aunque existen casos aislados, un adulto usando camisetas ajustadas con estampado de caricaturas es algo que no debería ocurrir nunca, al menos si éste quiere mostrar una imagen de madurez frente a los demás. Por otro lado, la idea de un adolescente vestido como señor tampoco suena del todo agradable, aunque muchos de ellos piensan que eso los hace lucir bien. Lo único cierto detrás de todo esto es que se están privando de la posibilidad de buscar su propio estilo probando cosas que en otro momento les será imposible.

Pero, ¿qué prenda se usa en cada momento de la vida? Más que en un reglamento inmutable, esto se basa en cómo nos vemos y sentimos al usar determinadas piezas. Si aún tienes problemas con detectar la cronología de tu guardarropa, éstas son las señales más comunes de que estás llevando tu look por la edad equivocada.

Soy algo viejo para usar esto

A pesar de que llevas comprando tu ropa en el mismo lugar desde hace años, de repente te has dado cuenta de que ya no tienen nada de tu talla. Si todo te queda apretado, especialmente en la parte de los hombros o el abdomen, es mejor que busques otro local.

 

 

Comienzas a darte cuenta de que las camisetas con imágenes o frases divertidas dejaron de lucir bien en ti y usar camisas con mayor frecuencia parece ser tu nuevo “hoy me veo bien”.

 

 

Las chaquetas de cuero y las playeras de algodón pasaron de darte un look de chico rebelde a hacerte lucir con el ejemplo perfecto del “forever young”.

 

La ropa demasiado ajustada ya no es una buena idea. Dejando de lado la carne que se asoma cada vez más en tus costados, el hecho de llevar jeans o playeras ajustadas sólo restringe tus movimientos y no te permite andar con comodidad por el resto del día.

 

Los dependientes en las tiendas comienzan a recomendarte prendas más formales, quizá un poco más caras de lo que acostumbras, pero que se acomodan mejor a tu cuerpo que las que estabas decidido a llevarte.

 

 

Soy demasiado joven para lucir así

Tu pareja y amigos lucen más como tus hijos que como personas de tu edad. No tiene nada que ver tu estatura o si tienes vello facial, la verdadera razón de esto es que tu ropa parece sacada del armario de tu abuelo. Si crees que tu padre tiene un mejor gusto que el tuyo, es seguro que algo estás haciendo mal.

 

Te da miedo experimentar con diferentes tendencias. A pesar de que no vistes del todo anticuado, tu armario está repleto de prendas con el mismo estilo, pues crees que cualquier cambio te haría lucir ridículo. A tu edad todo está permitido… TODO.

 

 

Cuando sigues pensado que un traje formal ─corbata incluida─ es la mejor opción para salir de fiesta, estás cometiendo el error más grande de toda tu juventud. Hay un montón de atuendos por los que debes optar antes de irte por lo que tu abuelo hubiese elegido hace cincuenta años.

 

 

Si hasta tu abuelo te regala ropa “de acuerdo a tu edad”, es momento de que consideres seriamente dejar de comprarla en el lugar de siempre.

 

Cuando tienes menos de treinta y en la calle te dicen señor, es mejor que vayas a tu guardarropa y te des cuenta de que todo lo que has hecho durante este tiempo es dar la imagen equivocada. Escribe una lista de por lo menos cinco prendas que nunca te habías atrevido a usar y ve por ellas lo antes posible.

 

Si bien la ropa debe de transmitirnos confianza y comodidad, siempre llega un momento en el que debemos aceptar que no estamos caminando el sendero correcto, en ocasiones hay prendas que simplemente no nos van y lo mejor es dejarlas pasar antes de hacer el ridículo en una ocasión importante o incluso yendo por la calle.