El escritorio de María Hortensia: Tú le das a la vida su valor
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Columna

El escritorio de María Hortensia: Tú le das a la vida su valor

“Nosotros decidimos si nuestra estancia en este planeta es privilegio y alegría o una sentencia de infelicidad y desesperación”


El escritorio de María Hortensia: Tú le das a la vida su valor | El Imparcial de Oaxaca
Foto: internet / ilustrativa

APRECIABLES LECTORES: “TU LE DAS A LA VIDA SU VALOR”

La vida en sí misma, a mi modo de pensar, no tiene valor, el solo hecho de estar aquí no quiere decir que nuestras vidas valen algo, nosotros decidimos si nuestra estancia en este planeta es privilegio y alegría o una sentencia de infelicidad y desesperación.

Vivir poco o mucho es cosa del Creador, pero vivir bien o mal es cosa nuestra; la forma de vivir es tener un gran deber de responsabilidad, cumplimiento, agradecimiento, de hacer obras de servicio, de caridad, apoyando a los más vulnerables, compartiendo nuestra persona, bienes y siendo afectivos.

El destino no está sujeto a la ciega fatalidad, si así fuese, el hombre no habría sido dotado de inteligencia, voluntad y de consciencia. La vida no es aburrida, solo hay gente aburrida y mira al mundo a través de cristales empañados y sucios. Muchas personas mueren a los veinticinco años y son enterrados a los setenta.

Es un misterio que algunas personas vean magia y belleza por doquier, mientras que otros permanezcan inconmovibles. Todos llegamos al mundo llorando y los que han vivido bien y han disfrutado, compartido y agradecido todo lo que les pertenece y rodea se van con una gran paz y hasta algunos con una sonrisa.

 

¿Qué cosas te asustan actualmente?

Muchos piensan que al morir se van derechito al cielo y eso no es posible, piensas que con lo que has hecho aquí en la tierra te mereces el cielo. Recordemos: “al que mucho se le da, también se le pedirá mucho; al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más” San Lucas 12, versículo 48.

Dios nos ha regalado muchas cosas: la vida, nuestro maravilloso cuerpo, familia, profesión, oficio, propiedades, etc., y de ellas nos pedirá cuentas, nos confió a nuestros hijos, alumnos, trabajadores, compañeros, etc. Además nos dio talentos y dones ¿los has desempeñado con amor, dedicación, esfuerzo y algunas veces con pasión y satisfacción?

Algunos llegaremos con las manos vacías, Nuestro Padre nos quiere recibir con las manos llenas, ¿nos estamos preparando para cuándo muramos? No tengamos miedo a condenarnos, porque así como existe la salvación, existe la condenación. Pensemos: ¿qué obras buenas hicimos?, ¿fuimos empáticos con nuestros hermanos más necesitados?, ¿cumplimos con las promesas que le hicimos a Jesús?, ¿cumplimos con los mandamientos y tantas cosas más?

Si así fuera que bendición, paz y tranquilidad habrá en nuestros corazones, si no estamos a tiempo de esforzarnos para llegar con las manos llenas a la gloria de Dios. Pensemos se nos premiará o se nos castigará.

¿Qué queremos al término de nuestra existencia? Disfrutemos lo que hacemos, compartamos lo que tenemos, mucha gente no está necesitada de riquezas, muchas ya la tienen a manos llenas pero requieren de afecto, atención, cariño y otros con una ayuda, de acuerdo a nuestras posibilidades serán bien recibidas. Que Dios nos ayude a poner en práctica todo lo que nos da. Que Dios los bendiga, proteja y acompañe siempre. Licenciada María Hortensia Lira Vásquez. Celular 951 21 14 138.


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