Los mexicanos tenemos la teoría de que, después de que los espíritus difuntos nos visitan y se alimentan de la ofrenda, regresan a descansar. Entonces es momento de retirar todo. Hay quienes aseguran que la comida queda inservible y sin sabor. Pero, antes de que la lleves a la basura, checa estas recomendaciones.
Flores de cempasúchil
La flor de muerto o cempasúchil no puede faltar en la ofrenda. Pero cuando todo termina, generalmente, se deshecha. Si no hay una correcta separación residual, puede convertirse en un grave problema ambiental. Debes saber que la flor puede convertirse en un remedio herbolario contra enfermedades.
Empaquetados
Los alimentos de la ofrenda que puedes consumir sin problema son los empaquetados como dulces, galletas o productos que no fueron abiertos. Esto incluye bebidas alcohólicas y cigarros. Debes asegurarte que la fecha de caducidad no esté vencida.
Calaveritas
Las calaveritas de azúcar, chocolate y amaranto sí son comestibles. Puedes regalarlas a los miembros de tu familia; a los niños les encantan. Pero si quieres ahorrar para tu próxima ofrenda, emplaya las calaveritas de azúcar y guárdalas en un lugar fresco; se conservarán muy bien hasta el siguiente año.
Guisos
Piensa dos veces en comer los guisados que pusiste, pues son los alimentos de la ofrenda que se encuentran en estado de descomposición. Además, es posible que ya tengan algo de polvo, y hasta cenizas de incienso. Lo mejor es deshacerse de ellos para evitar malos olores y enfermedades estomacales.
Fruta
Es buena idea comer la fruta de la ofrenda, siempre y cuando no esté picada y mantenga sus propiedades. Asegúrate que no haya piezas podridas o demasiado mallugadas. Lávala muy bien y a disfrutar.
Pan de muerto
Comer el pan de muerto depende de su estado y olor. Si se encuentra demasiado duro, lo mejor es que no lo consumas, pero si aún conserva su peculiar olor, y consideras que tiene buena textura, llévatelo a la boca.
Recuerda que consumir los alimentos de la ofrenda depende de tus tradiciones. Para algunas culturas, como la maya y la zapoteca de Oaxaca, resulta una ofensa para los muertos. Pero, en la mayoría de los hogares mexicanos, los elementos de la ofrenda se reparten entre toda la familia.