La comida, un ritual para el Día de Muertos
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Estilo

La comida, un ritual para el Día de Muertos

Los alimentos que comemos y compartimos en esta festividad tienen historias y significados arraigados dependiendo la región


La comida, un ritual  para el Día de Muertos | El Imparcial de Oaxaca
Imagen: Internet

La comida ritual es un poderoso eje cosmogónico que forma parte de la historia de nuestro pueblo, de nuestra ciudad y de todos los mexicanos; se construye por partes del pasado y del presente, que terminan evocando un proceso cultural.

La alimentación y la comida no sólo cumplen la función de nutrir, también tienen varios ejes, religiosos, culturales y en específico el eje ritual, que tiene un propósito cultural innegable, llenando de significados una fecha en la que conmemoramos y agregamos un peso a la comida ritual, que es lo que observamos más en el Día de Muertos.

Día de Muertos

El día de muertos se celebra a lo largo de toda la República Mexicana; el primero de noviembre se celebra la fiesta de los difuntos infantes y el dos de noviembre el de los difuntos adultos. Esta festividad fue reconocida por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en el año 2003.

En consecuencia de esta celebración, la comida ritual se hace presente como parte de este patrimonio y estos alimentos que comemos tienen historias y significados dependiendo la región, la familia y hasta la persona difunta, pero lo que sí se crea es una construcción social de este festejo, todos o la gran mayoría lo celebramos. Como bien sabemos en estos días la familia del o los difuntos preparan los platillos predilectos de aquellos que pasaron al otro lado.

La comida ritual simbólica  

El consumo de estos alimentos determinados que con tiempo se piensan, se eligen, se sirven y se consumen, tienen como bien mencionamos una carga simbólica y de memoria que nos ofrecen a nosotros los vivos un sentimiento de satisfacción, bienestar, reconciliación y remembranza con el pasado, que tienen como utilidad final satisfacer a los muertos.

Según Rosa Ma. Garza, en el libro “Comida, Cultura y Modernidad en México”, en la ofrenda de muertos, el sabor, el olor, la presentación de los alimentos y su disposición ,obedecen una lógica cultural establecida; esta misma se conforma de generación en generación, es por esto que sería casi imposible describir los alimentos que existen en las ofrendas.

Platillos

Como mencionamos anteriormente, sería una tarea muy compleja mencionar todos los platillos que se realizan en estos días, pero dentro de los platillos que reconocemos en todas las ofrendas, también existen otros alimentos de los pueblos originarios; entre estos platillos encontramos en Puebla los hojaldres, los tamales de ceniza de totomoxtle con frijol acoyote y el pipían de zompantle; en Aguascalientes preparan un buen pozole rojo y birria; en la Huasteca Potosina no puedes irte de la fiesta del Xantolo sin probar los atoles y el zacahuil.

Todas estas comidas rituales, representan una continuidad activa de la tradición, el compromiso y los vínculos que hacemos con nuestros seres queridos, la importancia de mantener y transmitir nuestros conocimientos con las generaciones, en los barrios, en las comunidades, en la casa y representar esta idea de que nuestro amor traspasa la muerte.