En la actualidad, la apuesta más viable para crear conciencia y con ello crear proyectos para detener la contaminación y recuperar nuestros espacios verdes es escuchar la voz de los jóvenes, alentando su empoderamiento para formar parte de estos temas que hoy en día son tan importantes.
Según cifras de la ONU, la cuarta parte de la población mundial tiene entre 10 y 24 años. Por esta razón, este año se apunta al compromiso de este grupo.
En el mundo, el tráfico ilegal de vida silvestre mueve USD 350 millones por ventas en el mercado negro, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Los jóvenes son considerados impulsores de esta nueva concienciación.
Todos los años el Foro Económico Mundial se encarga de difundir la encuesta Global Shapers Survey, realizada en 180 países, con el fin de conocer las percepciones de los jóvenes acerca del mundo. El resultado, presentado en el mes de agosto del año pasado, ratificó que los llamados millennials, jóvenes que tienen actualmente entre 18 y 35 años, están preocupados, especialmente, por los efectos que ha tenido el cambio climático en el medio ambiente.
De los 31.000 encuestados un 48,8% respondió que el cambio climático y la destrucción de la naturaleza era uno de los asuntos más graves a nivel global. A este problema le siguen los grandes conflictos sociales con un 38,9%, y en tercer lugar se ubica la desigualdad y la discriminación con un 30,8%. En total fueron 31.000 jóvenes los encuestados.
Ser testigos de catástrofes naturales, y otras situaciones, ha hecho que aquellos que nacieron entre 1981 y 1995 decidan cambiar su estilo de vida y quieran llevar el planeta hacia un futuro más sostenible. Esta generación, que ha sido definida por el estudio Trendsity como los “nativos sustentables”, expone que éstos han asumido un compromiso activo respecto a lo que significa la sustentabilidad y la preservación de lo que conocemos para las futuras generaciones.
Todos ellos representan una generación con conciencia ambiental, lo que significa que han sido capaces de cambiar sus hábitos y reconocer que sus acciones tienen efectos directos en el medio ambiente. Ahorrar agua y energía, reciclar y buscar medios de transporte ecoeficientes han sido sus primeros pasos en ese plan por prevenir y mitigar los impactos negativos.
Su compromiso con cuidar y preservar el planeta los ha convertido en consumidores diferentes, lo que hace que muchos de ellos sientan mayor compromiso con las empresas que públicamente han sido reconocidas por contribuir con el medio ambiente y la sociedad.