Desde las primeras horas de la mañana, los acordes del mariachi Nogales resonaron en la explanada del templo de San Agustín, en el corazón de la capital oaxaqueña, marcando el inicio de las celebraciones en honor a Santa Cecilia, patrona de los músicos.
Una imagen de la santa presidió el altar principal, en un ambiente lleno de devoción y acompañada de música y melodías.
La misa, oficiada por el párroco Alfonso Geminiano Jiménez, destacó la conexión entre la música y la adoración divina. En su mensaje, el párroco subrayó la importancia de la música en los templos:
“Con la música también se adora a Dios. Un santo y una santa son modelos de vida, intercesores, nuestros abogados. Debemos recordar que estamos llamados a la santidad personal, familiar y comunitaria. Si Cecilia pudo alcanzar la santidad, también nosotros podemos”, expresó.
Festejos musicales por toda la ciudad

Los homenajes a Santa Cecilia continuaron en diversos puntos de la ciudad, donde músicos de todas las edades y géneros ofrecieron sus interpretaciones como tributo. La catedral de Oaxaca fue uno de los lugares más concurridos, donde numerosos grupos musicales se reunieron para rendirle honor a su patrona con sus melodías.
¿Quién fue Santa Cecilia?
Santa Cecilia de Roma vivió en el siglo II y perteneció a una familia de la alta sociedad romana. Convertida al cristianismo, fue obligada por su padre a casarse con un aristócrata pagano. Según la tradición, durante su boda, mientras los músicos tocaban, ella cantaba a Dios en su corazón, pues había consagrado su vida a Él.
La persecución contra los cristianos de la época no tardó en alcanzarla. Junto con su esposo, quien también se convirtió al cristianismo, fue arrestada y condenada. Cecilia fue sometida a terribles torturas: intentaron asfixiarla con vapor en las termas de su casa y, al no lograrlo, intentaron decapitarla con tres hachazos que tampoco consiguieron acabar con su vida de inmediato. Gravemente herida, falleció desangrada días después.
En 1594, el papa la declaró patrona de los músicos, atribuyendo su devoción por los acordes melodiosos como una inspiración espiritual y artística. Su figura se convirtió en un símbolo de amor por la música y de entrega total a Dios.
Las festividades en honor a Santa Cecilia reafirman la importancia de la música como un lenguaje universal de fe, alegría y comunidad. En Oaxaca, una tierra profundamente ligada a la música, esta celebración adquiere un significado especial, uniendo a músicos y fieles en una tradición que sigue viva en cada acorde.
