La reconocida periodista de espectáculos Pati Chapoy habría vivido un momento de alto impacto emocional minutos antes de iniciar una transmisión en vivo del programa Ventaneando, según reportó el canal de YouTube Kadri Paparazzi el pasado 9 de junio.
De acuerdo con el relato del creador de contenido, el ambiente en el foro de TV Azteca se tornó “caótico y alarmante” tras una misteriosa llamada que recibió Chapoy justo antes de salir al aire, ya maquillada y con micrófono colocado.
La llamada que lo cambió todo: versión de Kadri Paparazzi
Según el testimonio de Kadri, la llamada habría sido parte de un intento de extorsión telefónica. En el que presuntos delincuentes aseguraron que los nietos de la conductora habían sido secuestrados y que ella misma sería “desaparecida”.
“Pati contesta como si nada… pero al colgar, se queda pálida. Fue tal el susto que tuvieron que llamar a paramédicos”, narró.
La situación se habría salido de control hasta que una de las conductoras intervino para asistir a Chapoy, visiblemente afectada. Mientras que el equipo de producción le quitaba el celular y cortaba la llamada.
La respuesta inmediata: confusión, miedo y contención
Tras el pánico inicial, Pati habría solicitado comunicarse con su hijo, Rodrigo. El cual le confirmó que sus hijos —los nietos de la periodista— estaban bien y a salvo. Este mensaje habría tranquilizado a la conductora, aunque el impacto emocional persistió.
“La pobre Pati estaba que no se la acababa. Producción trató de calmarla mientras ella insistía en hablar con su familia”, añadió el youtuber.
Sin pronunciamiento oficial… por ahora
Hasta el momento, ni Pati Chapoy ni la producción de Ventaneando han confirmado ni desmentido lo ocurrido. El presunto incidente se mantiene como una versión no oficial, pero ha comenzado a generar conversación en redes sociales y medios del espectáculo.
El lado oscuro de la fama: extorsiones a figuras públicas
El caso, de confirmarse, no sería aislado. En los últimos años, diversas figuras públicas han denunciado intentos de extorsión similares en México, donde llamadas falsas con amenazas hacia familiares se han convertido en un modus operandi común entre redes criminales.
La situación deja entrever la vulnerabilidad emocional y física de incluso las personalidades más visibles del país. Quienes, pese a estar rodeadas de seguridad y cámaras, no están exentas de sufrir actos de violencia psicológica.
Lo ocurrido con Pati Chapoy, aunque aún no ha sido confirmado oficialmente, pone sobre la mesa un problema real y preocupante: la inseguridad y el acoso telefónico a figuras públicas. El silencio institucional ante estos hechos puede ser reflejo del temor o la estrategia, pero también del desconcierto que genera el ser blanco de amenazas tan directas. Mientras tanto, el público espera una aclaración, y el periodismo del espectáculo, una respuesta.